POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES (CÁCERES).
Otro 13 de junio y una celebración más del santo lisboeta y paduano, de Fernando o Antonio, según la óptica de quien lo mire. El caso es que Malpartida de Caceres sigue profesando su devoción por santo tan milagroso en el que ya depositaron nuestros antepasados desde tan antiguo su fe y sus plegarias. No hay martes que la campana de su ermita no llame a la oración y a su visita; no hay festividad del santo que el pueblo no acuda en masa a su reclamo cual bandada de pajarillos; no hay vecina o vecino que hacia el glorioso protector hayan dirigido su mirada para pedir su auxilio ante alguna adversidad, enfermedad, algún difícil examen, para que apareciese algún objeto perdido o que se alcanzara el amor deseado dado su conocido carácter milagroso y benéfico.
Una tarde más hubo cumplida representación de devotas y devotos en su misa y panegírico bien dirgidos por el cura del lugar, D. Santiago Núñez; se hizo procesión con la antigua imagen alrededor de la ermita y se acabó, como manda la costumbre, cantando «los pajaritos» que resultaron bien entonados, y adquiriendo algún panecillo de los que la mayordomía manda fabricar para ayuda del culto y obras de caridad. El cronista se hizo una foto con Meli Tapia, historia viva de dicha tradición pues su familia y ella ejercieron la mayordomía durante 69 años, nada más y nada menos. A los actuales mayordomos, la familia Lancho García, nuestra enhorabuena por su celo y muchos detalles en el culto y ornato de la imagen. Y al clero y los malpartideños -sobre todo a las malpartideñas- felicidades por continuar la tradición. Ah, y a los Antonios, Antonias y sus compuestos y derivados felicidades también por su onomástica.