POR FRANCISCO PUCH JUÁREZ, CRONISTA OFICIAL DE VADESIMONTE (SEGOVIA)
Otro año más desde hace 15, huyendo de los rigores estivales de Madrid, me he desplazado para refugiarme junto a la playa en esta bella y acogedora ciudad de Águilas en Murcia, en la que tantos buenos amigos he ido cosechando en estos tres lustros de venir a ella.
Aquí me he desplazado en el mes de febrero para presenciar sus maravillosos desfiles carnavalescos y vivir el ambiente festivo de ellos. Aquí he venido en Semana Santa para admirar sus magníficos desfiles procesionales.
Aquí he estado presente el día de su Patrona la Virgen de los Dolores, “Mocitas echadle flores, que va a pasar por la calle la Virgen de los Dolores”, para presenciar la devoción de los aguileños a su excelsa Patrona.
Este año 2018 he presenciado, como otros anteriores, ese simulacro de desfile que, como anuncio y propaganda de los desfiles carnavalescos de febrero se viene realizando en agosto, y que este año lo han anticipado al día 4. Bellas carrozas alusivas a algunas circunstancias y lugares de la ciudad como la máquina del ferrocarril que tantos años lleva anclada al inicio del Paseo de Parra, el molino ahí enhiesto en lo alto de la colina; la escultura (mala escultura desde mi punto de vista artístico, se nota que entiendo poco de arte) del hombre que quería volar, situada a la entrada del puerto, y ¡oh horror!, entre tanta belleza alusiva a temas de la bella ciudad de Águilas, una carroza política, criticando a un tal Puchdemon que Dios confunda por el mucho daño que está causando a Cataluña y a España, que más valiera ignorarle y encarcelarlo por los cientos de millones del erario público que esta malgastando, carroza que con los gritos de ¡Visca Cataluña!, ¡Visca Barcelona!, vino a destrozar la alegría festiva de cuantos aguileños y foráneos estábamos disfrutando de un día festivo lejos de la politización a la que tanto político sectario nos quiere llevar a los españoles.
Ni siquiera un ¡Viva Águilas!, un ¡Viva Murcia!, un ¡Viva España!. La idea de convertir un día festivo en Águilas, en un acto político, merece mi más severa crítica. Es un decir. Si tengo tiempo e inspiración tal vez les dedique uno de mis sonetos grotescos.