POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Hace 7 millones de años se desplomó el valle del Rift y de la sequía causada al Este de la falla evolucionó el mono, que se puso en pie y llegó a sapiens, 3 millones de años ha. Un millón de años después cantábamos y hablábamos, para presumir de laringe y sus ventajas, y así miles de siglos hasta tallar en marfil de mamut el Hombre-león, en Hohlenstein-Stadel, el año 26.000 a. C. Mucho llovió hasta que el 1.700 a. C. escribimos el Disco de Faístos, en Creta. Desde entonces, unos 4 mil años de Historia en la aventura completa de la humanidad, ya no digo de la vida, son minucia en nuestra cadena genética para pretender que el cuerpo humano se adapte a una silla, los dedos tecleen una emoción y, lo más difícil, se nos entienda. De ahí el himno, “tengo de subir al árbol”, y por eso celebré mi martes de monte tocándomelos a dos manos en la copa de un roble.
Fuente; http://www.lne.es/