POR ADELA TARIFA, CRONISTA OFICIAL DE CARBONEROS (JAÉN)
Unos barbaros, “en nombre del Dios clemente y misericordioso”, que es como empiezan todas las Suras del Coram, han asesinado en París, una ciudad pensada para vivir, a todos los que han podido, sin mirarles la cara. En los hospitales padecen terribles secuelas los supervivientes. Y en cientos de casas hay familias destrozadas que jamás volverán a saber en qué consiste la felicidad. No sé si volverán a declinar el verbo perdonar. Puede que lo hagan si son cristianos, religión que predica mucho el perdón. Yo, ya lo he dicho otras veces, no soy buena cristiana. Ni olvido ni perdono a quien hace daño a conciencia. Aunque, como ser humano con alma, sería incapaz de aplicarles de frente la ley del talión, que es la que inspira el libro sagrado de los musulmanes cuando habla de infieles. Cualquiera que lo haya leído, lo sabe. Lo pone muy claro. Lo que pasa es que cada vez se lee menos, y se dicen mas tonterías en las tertulias de la tele, como lo de dar carta de naturaleza a eso del “Estado Islámico”, que no es más que una tribu de asesinos, que practica el Corán literalmente. Los cristianos sin embargo apenas leen los Evangelios, un libro basado en el amor. Por ejemplo, ¿Cuántos saben que en la Sura XXVIII, versículo 87 de este libro sagrado pone que “El Corán es una advertencia para el universo?. Pues lo pone. Y en la Sura VIII, v. 29 se dice: “Haced la guerra a los que no creen en Dios (el suyo, claro)… y a aquellos hombres de las Escrituras (Cristianos y Judíos) que no profesan la creencia de la verdad (la suya, naturalmente). Hacedles la guerra hasta que paguen el tributo, a todos sin excepción, aunque estén humillados”, y en el número 123, que “no conviene que todos los creyentes vayan a la guerra. Es preferible que vaya únicamente cierto número de cada tribu, y que se instruyan en la religión y enseñen a sus conciudadanos a su vuelta…” ¿Les suena esto a algo? ¿A que da pánico? Pues para arreglarlo pasen a la Sura XLV, v. 10, donde afirma que “El castigo doloroso de los tormentos está preparado para los que no creen en los signos de Dios (el suyo)”. Sí, los islamistas radicales saben por su libro sagrado que ellos son “el pueblo más excelente que ha surgido jamás entre los hombres; y que los infieles “serán entregados al fuego y permanecerán en él eternamente”. (Sura 3, vs. 106 y 112). Respecto al musulmán que hace lo correcto, matar infieles, o que muere matando “en la senda de Dios”, es el más afortunado. Tiene un lugar especial en el Paraíso, y “Eso vale más que las riquezas que amontonáis,…” ( v 151).
También habría mucho que decir sobre lo escrito en este libro sobre el trato a las mujeres, pues siempre se usa el plural: Lean la Sura IV y sabrán por qué un hijo vale el doble que una hija (v12), y que “Los hombres son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por medio de las cuales Dios ha elegido a éstos por encima de aquellas”(v.38), por no entrar en temas más macabros, como el repudio, o lapidación, para las adulteras, por ejemplo. A mí, que he leído varias veces pasajes del Corán, no me parece un libro que trasmita paz interior. Tampoco el Antiguo Testamento, en el que está inspirado. Es un catecismo para controlar la vida del creyente al milímetro, para que no piense por sí mismo; y para que se tenga miedo. Pero, sobre todo, para que se expanda el miedo. En general no me gusta ningún catecismo, esa es la verdad. Pero unos se pueden cumplir o no cumplir. Otros son obligatorios. Unos evolucionan en el tiempo y se adaptan a la mejor ley posible: el respeto a los derechos humanos, entre los que destaca el de la vida. Otros no. Unos han logrado separar Iglesia- Estado. Otros no. Por suerte, en la mayoría de los musulmanes que viven con nosotros domina el sentimiento universal de la bondad y la compasión sobre lo que manda su Libro. Imagino que estarán ya preparando manifestaciones públicas contra esta salvajada. Los que yo conozco son de esa buena clase de gente. Pero esto no deja de ser una lotería. Porque cualquiera que siga al pie de la letra lo que mandan ciertos pasajes del Corán puede convertirse en un asesino bendecido por Dios, el clemente y misericordioso. En eso consiste la Yihad, de ayer a hoy. Y no va a cambiar.: “Allá de donde os hayan echado, volved y matadlos a todos”. Tomen nota, y que Dios, el que no predica la guerra, nos coja confesados. Aunque si seguimos poniendo la otra mejilla, que es lo que manda el Evangelio cristiano, apañaos estamos, dice mi papelera. Ella y yo lloramos por París, una ciudad hecha para la vida. Donde se ha declarado la guerra, y el Sena ha crecido por tanta lágrima.