POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)

Soy respetuoso con el confinamiento, aunque a veces no lo lleve bien. Hay momentos donde la moral se viene abajo. Lo llamo tentaciones. Se ha anunciado que el próximo sábado las autoridades tienen previsto que salgamos de nuestras casas. Hay un amplio sector de personas que necesitamos “pasear para mejorar la salud”. Especialmente aquellos que los médicos han recomendado caminar. Porque caminar es una actividad física natural, simple, asequible, espontánea y muy beneficiosa para la salud. Por ello retomar el paseo o iniciarlo como hábito, después del prolongado aislamiento domiciliario, debe ser una prioridad. Y es que, a lo largo de las últimas semanas, como consecuencia de la pandemia ocasionada por la infección del coronavirus, no nos ha sido posible andar más metros que los que tiene nuestra casa, a la que he bautizado “ruta del confina-1”. Espero que no se tenga que producir una nueva ruta.

El paseo ayuda a aliviar y controlar múltiples signos médicos patológicos que se presentan en diferentes enfermedades, tales como el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes, la enfermedad coronaria, la osteoporosis, las alteraciones cardiovasculares, los trastornos psíquicos, el estrés, el síndrome metabólico, problemas osteoarticulares y trastornos del sueño. Pasear una hora por día es garantía de buena salud cardiovascular, control de peso, de tensión arterial y de mejora y prolongación de la calidad y esperanza de vida. Según estudios realizados, la esperanza de vida con paseos diarios es de unos diez años superior frente a la rutina sedentaria.

Ruego que cuando autoricen salir de casa lo hagamos de forma responsable dentro de las medidas, y con sentido común. Suele decirse que una recaída es peor que la enfermedad. Pues eso. Sacadnos pronto de casa.