POR ÁNGEL RIOS MARTÍNEZ , CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)

Tal día como hoy, 1 de junio, pero de 1948, dentro de la Ruta de Peregrinación Mariana de Nuestra Señora de Fátima, desde Ricote, después de una grandiosa procesión, el pueblo entero se congrega en la plaza para el acto público y en hombros, la Virgen de Fátima se encamina hacia Blanca. En los límites del término municipal, me cuenta mi hermano que salieron hasta más allá de los sifones de Buyla, con banderitas, se verifica el relevo y se entra en la población a la luz de las velas y hachones y cantando el Rosario. Va a sonar la medianoche y Blanca, iluminada y empavesada, muestra su fervor mariano.

En la plaza se han congregado algunos enfermos, varios de ellos en camillas, que imploran su salud perdida a la imagen. Al mismo tiempo la alegría y el entusiasmo es desbordante. La pólvora atruena los oídos. Después de la Hora Santa, da comienzo la Vigilia, terminando con la Misa de Comunión y Rosario de la Aurora; la Virgen de Fátima sigue a hombros su Ruta Misionera hacia Abarán, a donde se llega cerca del mediodía.

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