PATRIMONIO MONUMENTAL DEL CONCEJO DE PARRES (ARQUITECTURA CIVIL)
LA PEDRERA
En Bada, parroquia de San Juan de Parres, se encuentra el edificio más antiguo del concejo (junto con la casa de Ángel Pando, en Llames de Parres).
Es «La Pedrera», una casona del siglo XVI con elementos de tradición renacentista. Edificio de planta rectangular con una planta baja y un piso, todo ello con cubierta a cuatro aguas. Hacia el Este presenta la puerta principal, rematada con arco de medio punto en dovelas, y otra puerta adintelada en el lado izquierdo de la misma fachada.
En el primer piso destacan tres vanos, enmarcado el central por alfiz de influencia goticista y con una cruz en su parte superior, con dos rosas hexapétalas o hexafolias similares, no idénticas; una tipología de adorno que habría que interpretar como una alegoría del sol, en todo caso una roseta que ya era habitual en la Edad del Bronce en nuestro continente.
En el lienzo Sur tuvo un corredor y -todo el edificio- ofrece una muy precaria conservación, casi de ruina.
Un escudo pintado en la fachada -sobre la puerta principal- está a punto de desaparecer debido a la humedad.
Algunos de sus antiguos moradores fueron personajes muy relevantes en la España de finales del siglo XVIII, como fue el caso de Julián Antonio Noriega de Bada y Llerandi, que llegó a despachar grandes asuntos de Estado con los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma, que fue hombre de confianza de Manuel Godoy, también amigo de Jovellanos, y por cuyas manos pasaron durante años los dineros que administraba el Reino de España, ya que era el Tesorero General de la Corona, no olvidando nunca sus raíces familiares y poniendo en funcionamiento la fábrica de Fontameña, en Prestín, concejo de Parres. Francisco de Goya le inmortalizó en 1801 en un cuadro que está expuesto en la National Gallery de Washington.
PALACIO DE ROBLEDO
Cerca del barrio de La Prida, en San Juan de Parres, se levanta este edificio exento, cuyo origen se sitúa en el siglo XVI.
Con planta rectangular, dividido en planta baja, dos pisos y bajocubierta, fue modificado en el siglo XVIII y, tras el incendio sufrido durante la Guerra de la Independencia, fue restaurado a mediados del siglo XIX.
En estilo clasicista y en su fachada principal -orientada hacia el Este- ofrece una perfecta simetría.
Sobre el dintel del balcón volado de esta fachada se presenta el escudo de armas de los Arenas, aunque en su origen del siglo XVI parece que este solar era propiedad de la familia Maldonado. Su fachada orientada hacia el Sur conserva interesantes elementos originales, con amplios vanos rematados con arquivoltas de tradición goticista en el primer piso de la parte izquierda de esta fachada, rematada en su parte superior por cinco pequeños óculos alineados.
La fachada que mira al Norte aparece muy modificada en la actualidad. El interior del edificio no tiene gran interés, manteniendo las características de este tipo de palacios, pero muy transformado.
El edificio muestra en el zócalo mampostería vista en sus fachadas norte y sur, mientras que en la principal es de sillar, al igual que en los esquinales, pilastras y cerco de vanos originales. El resto está enlucido y pintado en color albero. El alero es saliente en madera y cubre el edificio su fábrica a cuatro aguas.