POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
CHALET FAMILIA DEL VALLE
El chalet de la Familia del Valle -en el centro de Arriondas- fue levantado en la década de los años veinte del siglo pasado por don Acisclo del Valle Blanco. Es uno de los más representativos de la villa y sigue, fielmente, el estilo montañés. Está rodeado de amplio jardín -cercado de muro con rejería y con tres accesos frontales, más amplio el central- a dicho jardín, los tres también con artísticas puertas de rejería.
De planta rectangular con tendencia a la creación de espacios compartimentados, muestra su fábrica enlucida y pintada en tonos totalmente desvaídos por el tiempo. Se estructura básicamente en planta baja, piso y pequeños áticos abuhardillados, destacando la torre angular que desarrolla una altura más y en la que luce el escudo de armas de los Valle (tres bandas o fajas horizontales de gules).
La fachada principal abre en el bajo con un espacio porticado, mientras la parte derecha está ocupada por tres balcones enrasados y, a eje con éstos, se dispone en el piso un balcón con antepecho de forja sobre una ménsula, flanqueado por cortafuegos y, a su lado, una ventana con enmarque modulado y otra bífora separada por semicolumna de orden toscano. En el costado izquierdo del piso incorpora una galería de madera, acristalada, con ventanas en su entorno. Otras ventanas y balcones adintelados se alternan en las fachadas restantes. En el piso superior de la torre, desarrolla un mirador con triple arquería de medio punto en cada de una de sus cuatro caras, todas ellas formando un conjunto unificado por un antepecho de forja sobre voladizo. Bajo este mirador, dos balcones -con antepecho de forja y tejaroz- dan vista desde las caras orientadas al oeste y sur de la torre. Cubre dicha torre a cuatro aguas y dispone de un muy amplio alero en madera tallada. El edificio aparece ricamente decorado con aplicaciones de cerámica decorativa en los alféizares de las ventanas, así como en la cenefa que recorre perimetralmente todo el chalet, en la parte inferior del alero. Grandes bolas de cerámica hacen de remate en los cortafuegos de la fachada y la galería.
Tanto en el zócalo del pórtico de entrada como en el del balcón del piso superior, es apreciable el alicatado de influencia neomudéjar, con dominio de los tonos azules; zócalo que -con menos altura- se repite en su acceso por la puerta de la fachada posterior, a la que se llega por una entrada escalonada, protegida por un tejadillo sobre columnas cuadrangulares.
En el cierre perimetral de sus jardines utiliza muro en el orientado al Norte (con puerta de forja incluida), y en la mitad posterior del muro orientado al Este; el resto lo hace con muro de media altura y columnas cuadradas alternadas, con decorativa rejería entre ellas, sobre un murete. Una triple entrada frontal al jardín y al chalet, utiliza artísticas puertas de forja.
Todo el edificio espera -desde hace veinticinco años- una restauración a fondo para salvarlo del abandono en el que se encuentra cuando se publica este libro.
Don Acisclo lo levantó con capital indiano procedente de Cuba, donde tuvo éxito en múltiples negocios comerciales, bancarios, de líneas férreas, azucareras y muchos otros. El Chalet Valle en Cienfuegos-Las Villas era un edificio de enormes proporciones en estilo neoárabe, que imitaba la Alhambra de Granada.
Un amplio y muy detallado artículo sobre la vida de este indiano puede el lector encontrarlo en mi sección de cronista de Parres, en la página web del ayuntamiento, bajo el título: “Acisclo del Valle Blanco, un intrépido indiano parragués”.
CASA DE RAMÓN MIYARES VALDÉS
Construida en 1897 con capital indiano, esta casa -que fue de la familia Miyares- tiene sótano, dos plantas y desván. Utiliza sillares rosáceos en sus adintelados balcones, al igual que los esquinales del edificio. Todos los balcones llevan antepechos de hierro, y tiene una artística forja sobre la puerta de acceso. Presenta dos miradores en madera y acristalados, sobre pétreos voladizos que, a su vez, se apoyan en tres ménsulas cada uno. En su origen tenía un solo mirador a la izquierda -según se la contempla desde la calle Argüelles- pero, más tarde, se le ha añadido un nuevo mirador a la derecha de la fachada que no desmerece de la idea original. Ambos miradores se cierran en su parte superior con crestería en madera, con óculos semicirculares.
El edificio aparece enlucido y pintado; convirtiéndose en un grupo de viviendas, después de una profunda transformación interior.
Interesantes son los pilares en sillar que rodean y enmarcan parte del edificio y le sirven de cierre, con la correspondiente verja y puerta de rejería.