PELIGRO DE ABATIMIENTO EN LA CAPILLA DEL ARCEDIANO DE BETANZOS EN 1574 ( Y II )
POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA Y LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS (LA CORUÑA).
En relación a la escritura de contrato citada en el documento antecedente, nada podemos añadir puesto que los protocolos del Capitán y escribano Fernando Darriba, del número de Betanzos, han desaparecido y seguramente sucumbido en el incendio general de la ciudad de 1616, estaba casado con María Pérez que antes lo estuviera con Antonio de Limpias, y criaron a Lucía y a Francisca Darriba. Era hijo de nuestro antepasado el escribano y regidor Fernando Darriba de Touriñao y de su mujer Inés Pérez, que tenía el despacho en su casa de la Plaza Real o Mayor, adquirida el 8 de marzo de 1512 (Archivo del Reino de Galicia. Real Audiencia. Legajo 745-1), quienes también procrearon a Juan Darriba, escribano, que casó con María Pérez igualmente conocida como María Darriba, y a Pedro Darriba asimismo conocido como Vasco de Prabio, y sobrino de Juan Darriba de Braxe o de Touriñao que fue enterrado en la Capilla de la Quinta Angustia de la iglesia de San Francisco, y nieto de Juan Darriba de Brage (Reconocimiento de hidalguía en 1518 ante los vecinos de San Martín de Tiobre en Betanzos, publicado por nuestro antecesor el cronista Vales Villamarín en el Boletín de la Real Academia Gallega número 351, La Coruña, 1969. Más datos sobre este linaje en nuestra obra La Ocupación de Betanzos y su Tierra por los Franceses en 1809, editada en 2013 por el Ayuntamiento de Betanzos y GADIS, página 275, nota 322).
En cuánto al escribano instructor Juan Pérez Álvarez, del número y Ayuntamiento de Betanzos, habitaba enfrente del Palacio Consistorial y antigua calle de la Plaza, actualmente llamada de Roldán, era hijo del escribano Alonso Pérez de Villarraso y de Beatriz Sabina con domicilio en una casa colindante con el atrio de Santa María, quienes también procrearon a Domingos Pérez que casó con Urraca Afonso, de cuyo matrimonio fue fruto Juan Belo (Archivo Notarial de La Coruña. Protocolo 36, folio 203, del escribano Pedro Manzanas del número de Betanzos, año 1603), y fue enterrado en la iglesia de San Francisco en una sepultura inmediata a la de Catalina López de Ledoira, viuda de Basco de Paderne.
Siete días después de efectuado el requerimiento, el escribano instructor se lo comunica al señor Bernal Guerra por ante testigos, y notificación a la que responde de la manera siguiente:
» En la cibdad de Betanços a quince dias del mes de marzo de mil e quinientos y setenta (e seis años, tachado) e quatro años ante los tºs (testigos) avaxo hescritos yo scrno publico infraescrito lei e notefique el Requirimiento de atras e arriva conthenido de pedimiento e rrequerimiento de andres da fraga cligo (clérigo) por si y en nonbre de sus partes a bernal guerra vº (vecino) dela dha ciudad en persona y le declaré su hefeto de manera quelo pudo vien oir y entender, el qual dho Bernal guerra despues delo aver oido ler y entendido lo que por el hera rrequerido dixo lo oia e que el no conçedia en sus indebidas protestaçiones e rrequerimientos y no conçediendo en ello dixo que la obra se avia hecho segund e como por el maestro fuera traçada y obligado y que cuando no paresçiere aberla hecho segun estaba obligado que la dha capilla y sus capellanes le conpeliesen a ello porque cuando el no lo cunpliesse el en tal caso saldria a ello y que atento qe no le abian pagado al dho maestro lo que abia travajado en la dha obra pedia no se le pagasse asta que fuese bista protestando no le parar perjuicio e pedio traslado deste testimonio… y en el intretanto qe no se le diese protesto ni le parase perjuicio y fueron tºs Juan Fernandez e Juan Rodriguez e Pedro Golpe vºs (vecinos) desta çiudad e yo scrivano doi fee. Ante mi.[Firmado]. Juan Pérez Álvarez.[Rúbrica].» (Archivo Notarial de La Coruña. Protocolo 3, del escribano Juan Pérez Álvarez del número y Ayuntamiento de Betanzos).
No cabe duda de la efectividad del procedimiento seguido en favor de la Capilla de San Pedro y San Pablo, establecida en la nave de la Epístola de la iglesia matriz, también conocida como del Arcediano, por haber sido instituida por don Pedro de Ben, rector que había sido de la iglesia de Santiago de Betanzos y posterior Arcediano de Trastámara del Cabildo de la Catedral de Santiago, fallecido en 1525, si se tiene en cuenta el haber llegado a nuestros días en perfecto estado estructural, si bien sustentada con las restauraciones debidas al deterioro por el paso del tiempo que afectaron especialmente al retablo, que a principios de este siglo se encontraba atacado por xilófagos y en peligro de desaparición. Esta lamentable situación motivó a don Manuel Rodríguez Rodríguez, diligente rector por entonces de la iglesia parroquial de Santiago, a solicitar la intervención de la Dirección General de Patrimonio de la Xunta de Galicia en el año 2004, y magnífica restauración que salvó el monumento. Igualmente ha contribuido a revitalizar el conjunto monumental la instalación de nueva iluminación, que fue realizada merced a la subvención concedida por la Excma. Diputación Provincial de La Coruña.
Dicho retablo plateresco fue formado en tres cuerpos y tres calles, con dimensiones generales que se acercan a los siete metros y medio de alto y una anchura que supera los cuatro metros, que se alzan sobre la mesa altar con su correspondiente sagrario, sobre un basamento de gran riqueza ornamental, con profusión de doseles encrestados, roleos entrelazados, calados paños, numerosas estatuillas y bustos, que se alternan por los frisos y netos de las pilastras. En el primer cuerpo presenta las imágenes de San Pedro y San Pablo, bajo cuya advocación fue instituida, y la de San Gregorio. En el segundo cuerpo se encuentran las de Santa Bárbara, San Roque, patrono de la ciudad, y la Magdalena, con ángeles sosteniendo los elementos de la Pasión en el resalte de las cornisas, y por último en el tercer cuerpo se presenta la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, con la tradicional iconografía de Cristo en el regazo de su madre. Flanquean este retablo dos oscuros atlantes, que sujetan sendos escudos con las armas que figuran en el florón de la calada bóveda estrellada, con un león pasante, faja y venera, al igual que en la tumba del fundador a quien pertenecen (En nuestra guía Betanzos de los Caballeros y sus Mariñas, editorial Everest, León 1984, página 72).
