POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Fernando Lechón Naranjo cierra su Peluquería de la calle de Mérida 2-A de Montijo. Fernando es de Puebla de la Calzada, pero ha estado ligado a Montijo a través de su profesión de peluquero cuarenta y ocho años. A Fernando le ha llegado la jubilación. El matrimonio Fernando y Consuelo, pasan a un nuevo estado de sus vidas; al descanso y a disfrutar con su familia, que merecido se lo tienen. Su amplia clientela siente este adiós por los muchos afectos que les unen. Pues, a lo largo de los años ha habido una comunión de amistad entre Fernando y las muchísimas mujeres que han pasado por sus manos de peluquero.
Muy joven llegó a Montijo, en un local de la hoy calle Felipe Checa, donde está la Comunidad de Labradores. Para trasladarse, dos años después, a la calle Mérida. Cuenta que puso la peluquería en Montijo animado por la familia Gragera Pinilla que eran clientes en Badajoz. ¿Podías abrir una peluquería en Montijo, Fernando?, le dijeron, y así comenzó todo.
Fernando se formó como peluquero en la Peluquería Marichel de Badajoz y en Alberico de Lisboa. Pertenece a la Asociación de Peluqueros de Badajoz. En 1985 formó parte de la organización del Campeonato de España de Peluquería que se celebró en Badajoz. La primera vez que la capital acogía este evento. También formó parte de la exhibición que hizo la Asociación de Peluqueros en la ciudad de Llerena con ocasión de la inauguración de la Piscina Municipal.
A lo largo de los años ha asistido a cursos de formación en la búsqueda de una constante renovación en estilos y modas para un mejor servicio a sus clientas. Fernando y Consuelo dejan una amplia clientela de los pueblos de la Comarca de las Vegas Bajas, de Cáceres, Mérida, Valencia de Alcántara, San Vicente de Alcántara…, entre otras ciudades y pueblos. Fernando Lechón Naranjo es un amante de su profesión, disfruta con ella. Me cuenta que aunque se jubile, seguirá asistiendo a cursos de formación. “No me puedo olvidar tan fácilmente de la peluquería; son tantos los años, tantas personas”.
Estos cuarenta y ocho años han dado de sí para muchas anécdotas. Recuerda con cariño la vivida con una señora de Gévora, que a la pregunta de Manoli, auxiliar de Fernando, sí había visto alguna vez alguna señora con la oreja cortada; se produjo la casualidad que Fernando aquel día desde su amabilidad en el trato y corrección, cometió un error con la tijera y le hizo un pequeño corte. Fue, dice entre sonrisas, “un acto sangriento”.
Le he preguntado que si había peinado a alguna personalidad relevante. Me ha contestado diciendo que lo avisaron para peinar a doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, madre del rey Juan Carlos, abuela del rey Felipe, en una de sus visitas al Cortijo de la Vara, pero al final por una indisposición no pudo ser. Pero añade Fernando: “para mi todas mis clientas son reinas, princesas, marquesas, duquesas y condesas. He prestado servicio de peluquería, ha peinado a tantas mujeres que las voy a echar mucho de menos”.
Y ahora añado a su respuesta: No peinó a la madre de un rey, pero si peina a una Reina por la que siente devoción y pasión: la Inmaculada Concepción, Patrona de Puebla de la Calzada, de la que ostenta el título de ser su peluquero.
Fernando y Consuelo, disfrutad de la vida con vuestros hijos y nietos. Con vuestra familia. Que tengáis salud. Sois buena gente. Buenas personas. Os lo merecéis. Que la Inmaculada y María Auxiliadora os ayude y proteja siempre. Iubilare (gritar de alegría).