POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
Si históricamente es conocida esta localidad es por haber sido sede pontificia durante el mandato de dos Papas.
Entre los siglos XIV y XV, el Cisma de Occidente marcaría la historia de la Iglesia. Pedro Martínez de Luna, conocido como el Papa Luna, sustituyó a Clemente VII como papa de Aviñón con el nombre de Benedicto XIII, al tiempo que otro papa se instalaba en Roma con la obediencia de ingleses, alemanes e italianos. Desautorizado, el Papa Luna se autoexilió en Peñíscola donde entraba el 21 de julio de 1411 convirtiendo su castillo en palacio y biblioteca pontificia tanto para él como para su sucesor, Clemente VIII, el también aragonés Gil Sánchez Muñoz, segundo papa de Peñíscola, el cual, tras la muerte de Benedicto XIII el 23 de mayo de 1423, fue elegido en Peñíscola por los partidarios del Papa Luna y gobernó entre 1424 y 1429. Su renuncia al cargo acabó con el Cisma de Occidente.
En este 2023 en que se cumplen 600 años del fallecimiento en Peñiscola del Papa Luna, es momento de reivindicar el legado histórico de este aragonés universal nacido 95 años antes en Illueca (Zaragoza).