POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Estuve leyendo durante estos días invernales algunas poesías «picantonas» de nuestros clásicos castellanos, centrando mi atención en las famosas «serranas» y «serranillas» de las que son buen ejemplo las escritas por el Arcipreste de Hita y el Marqués de Santillana.
Así, el Arcipreste nos cuenta cómo, para cuidarse de la nieve y el frío, en lo alto del puerto cerca de Tablada, liga a una guapa moza con esta súplica:
«Yo´l dixe: frío tengo
e por eso vengo
a vos, fermosura,
quered por mesura
hoy darme posada.
Díxome la moza:
Pariente, mi choça
el que en ella poça
conmigo despoça
e dam grand soldada…»
El Marqués de Santillana, en viajar montañero entre tierras extremeñas y andaluzas, nos detalla de este modo sus pretensiones «verdusconas»:
«Moça tan fermosa
non vi en la frontera
como una vaquera
de la Finojosa.
Faciendo la vía
del Calatraveño,
a Santa María,
vencido del sueño
por tierra fragosa
perdí la carrera
do vi a la vaquera
de la Finojosa»
¡El CALATRAVEÑO! Un precioso puerto de montaña que con sus 750 m de altura hermana en preciosidad de paisaje la comarca cordobesa de Los Pedroches y las tierras extremeñas de La Serena.
Y en esa hermandad de paisaje y de cultura encontramos, a modo de estampa culinaria, las PERRUNAS cordobesas y las PERRUNILLAS extremeñas.
Las primeras, así me cuentan, gozaron fama de especialidad dulcera en el convento cordobés de las monjas de Santa Isabel; de las segundas, ¿qué quieren que les diga?, ¡vayan a Monterrubio de la Serena a probarlas!
Si el viaje les resulta un poco largo, pues háganlas en su casa. Es muy fácil:
En un cuenco grande batan 800 g de manteca de cerdo, 600 g de azúcar, 3 yemas de huevo y un huevo entero, un poco de canela en polvo, ralladura de piel de limón y una copita de aguardiente o de anís.
Después, lentamente, vayan amasando con harina hasta conseguir una masa fina y compacta como para galletas. Déjenla reposar en sitio fresco durante una hora.
Con porciones de esta masa se moldean unas piezas circulares a modo de galletas; se pintan superficialmente con clara batida o con huevo batido (según gustos) y hornean hasta que tomen color dorado.
Un problema. Como perrunas y perrunillas llevan manteca de cerdo, no son adecuadas para los viernes cuaresmales… pues disfruten de ellas.