POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Leo que en su Instagram Ana Guerra compartió una foto suya donde se la ve tocando un piano blanco, inmaculado, a juego con el vestido largo de la canaria, que deja al desnudo su espalda y una pierna, desde su zapato blanco de taconísimo hasta la parte alta del muslo guanche, con el detalle magnífico de que el piano está cerrado, que las manos de Ana se posan por encima de la tapa. Muchas burlas suscitó la imagen, aunque en la foto es imposible comprobar si el piano respondía a tan superficiales caricias y Guerra lograba estimular una folía en el oculto teclado y resucitar a Guanarteme, que no sabe nadie dónde coño está. Creo a la triunfita más capaz de interpretar esa pieza paranormal que a nuestros candidatos a la alcaldía de Oviedo, con la simple imposición de manos, hacer sonar el barrio de Buenavista-El Cristo sin la tecla negra del viejo HUCA y la tapa cerrada del Calatrava.
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