POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Desayuné el pasado miércoles en Cabañaquinta, en el Daybe (cerraba por descanso la Tabierna), fui a Felechosa y partí con viento fresco por la ermita de las Angustias hacia el Cerrio, La Muria, Rocaliago y, tras largo rodeo, a Casa el Sepu; subí al Alto Vallina y la famosa Collá de la Valencia, al pie del Retriñón; de ahí a la Collá La Felguera, entré por el ojo de la Furacá y trepé a la peña con viento frío, que espantó a la nieve; el cordal me llevó a La Forcá, La Praera y el Pico los Aberrugues (aberugar, con una sola erre, significa en asturiano carcomer); por los Cuetos bajé al Mayéu de La Rebollosa, en el blandísimo bosque de hayas vi a Xuanón (Juan Díaz Faes), juez de paz, abrazando a un oso, y rendí viaje en Felechosa, no tanto en el mercao o en la fuentecina de Vierres como en el Nevada, para lidiar un vino con Casera y regresar a Oviedo, a esta voluntariosa sección que lucha contra la carcoma y persigue fantasmas.
Fuente: https://www.lne.es/