Muchas ciudades y pueblos disponen de un espacio público destacado, la plaza Mayor, un espacio de convivencia y esparcimiento para los lugareños que también se ha convertido en un atractivo histórico y monumental para el turismo.
Son ‘mayores’ no tanto por el hecho de su grandiosidad, que es así en algunos casos, sino por el hecho de ser el lugar donde se concentraba la mayor actividad de la urbe.
Desde sus orígenes han ejercido de centros donde se han desarrollado todo tipo de actividades comerciales y de ocio. Las plazas mayores españolas heredan un cometido cívico a partir de la ordenanza de los Reyes Católicos, en 1480, que obligó a la creación de los ayuntamientos en esos espacios.
En un principio, muchas de ellas surgieron de forma espontánea a raíz del establecimiento de mercados. Con el tiempo, se fueron reconstruyendo con arreglo a un diseño planificado, en ocasiones aprovechando desastres naturales o la destrucción de sus edificios, intentando ordenar el espacio urbano para ajustarlo a una geometría y a un modelo estético y funcional.
La primera plaza mayor planificada fue la de Valladolid, en 1562. Felipe II mandó a Francisco de Salamanca que reconstruyera la antigua plaza del Mercado. Lo hizo realizando un conjunto urbanístico compuesto por una planta baja porticada que favorecía el comercio en días de lluvia y, en la parte superior, edificios para vivienda.
La segunda plaza mayor con una arquitectura uniforme fue la de Madrid, que ha cumplido cuatro siglos desde el inicio de sus obras, el 2 de diciembre de 1617. Felipe III decidió reformar la antigua plaza del Arrabal y convertirla en una plaza propia de la villa y corte.
Encargó el proyecto al arquitecto Juan Gómez de Mora con la finalidad de que fuera lugar de mercado y escenario de grandes espectáculos: corridas de toros, autos de fe, ajusticiamientos, juegos de cañas, torneos, coronaciones y autos sacramentales.
La plaza Mayor de Madrid es el arquetipo de este espacio urbano, un modelo que se imitó en otros pueblos y ciudades españolas y que también se exportó a los territorios y colonias en América.
Las Leyes de Indias recopilaron una serie de normas que regularon la vida social, política y económica de los nuevos pobladores y también la ordenación de las ciudades que se creaban.
La legislación promulgada para América fijó unas normas urbanísticas entre las que figuraba la construcción de la plaza mayor, plaza que sustituyó el calificativo de mayor por el de armas, ya que en este espacio se apostaban las tropas en caso de ataque.
El prograna Documentos de Radio Nacional de España , con guión de Antonio Buitrago, analiza la historia y tipología de estas plazas con la ayuda de Pedro Navascués, académico de Bellas Artes, historiador del arte y de la arquitectura; Antonio Bonet Correa, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, director honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y Wifredo Rincón, profesor de investigación de Historia del Arte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y autor del libro Plazas de España.
El decano de los Cronistas de la Villa de Madrid, Enrique de Aguinaga, periodista y catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, ilustra los detalles de la historia de la Plaza Mayor de Madrid.
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