POR JOSÉ ANTONIO CALVO GÓMEZ, CRONISTA OFICIAL DE BURGOHONDO (ÁVILA)
El 28 de abril de 1357, durante el episcopado de Gonzalo de la Torre (1355-1359), se dictó sentencia en el pleito que, desde los tiempos de Sancho Blázquez Dávila (1312-1355), había enfrentado, durante años, al obispo de Ávila contra el abad de Burgohondo.
El obispo había pretendido intervenir la parroquia de San Pedro en la aldea de Los Santos, en el término actual de Navarrevisca, a unos 1650 metros de altura sobre el nivel del mar, y nombrar un párroco. Además, había pretendido cobrar, de los habitantes de este lugar, los diezmos y las primicias “de ganados e de menudo” que correspondían a la autoridad eclesiástica según las disposiciones legales.
El abad don Juan, con el apoyo del prior don Gil y de una amplia relación de derechos históricos, se opuso vehementemente a las pretensiones del obispo de interponerse en el territorio de la abadía de Santa María, diocesis nullius, exenta de la jurisdicción diocesana desde su fundación, a finales del siglo XI. La sentencia confirmó estos derechos y consolidó la autoridad de la abadía en el Alto Alberche durante siglos.
El caso es que, en el trascurso del pleito, se ofreció de soslayo cierta información que, después de un sencillo análisis, permite señalar, al menos, tres hechos que nos parecen singularmente relevantes.
En primer lugar, el obispo de Ávila y el abad de Burgohondo, al especificar la jurisdicción de la abadía, identificaron once parroquias que, más allá del Concejo del Burgo, pertenecían al monasterio: El Barraco, Navalmoral de la Sierra, El Tiemblo, La Adrada, Las Torres del Hondo, Lanzahíta, Mombeltrán, San Martín del Pimpollar, Narros del Puerto, Villatoro y Piedrahíta. Muchos de estos concejos, como Mombeltrán, en el siglo XVII, se dividieron, con el tiempo, en varias parroquias y jurisdicciones civiles, lo que ofrece un panorama todavía más amplio de la verdadera extensión que llegó a alcanzar la abadía de Santa María durante la Edad Media.
En segundo lugar, en el Alto Alberche, se delimitaron 29 lugares, hoy muchos despoblados, que conformaban una rica estructura humana en este territorio. Junto al “Burgo del Hondo e de Navaluenga”, que se consideraban los lugares más importantes de la jurisdicción del abad, se habló de “San Myllán e de Nava el Estillar e de Palançarejo e de Navaqueuesera de Jaimes e de la Majada del Berrueco e de Navahondilla y de Dos Hermanos e de la Povediella e de Navarrebisca e de Nava el Vado e de la Açebedilla y de Los Santos e de Navamoros y de Hoyoquesero y de la aldea que llaman las Çevadas e de Navalosa e de Navaquesera de la Lastra e de Navatalgordo e de Nava la Cruz e de la Casa Nueva del Aldeuela e de Navarredonda y de la Casa de Maripérez y de Nava Galindo e de Serranillos e de Navahondiella del Collado Viejo e Navahiotero e de la Casa que llaman de Martín Rubio con todos sus términos”. Interesante.
En último lugar, en un ejercicio de precisión, el pleito dio razón sobre “las yglesias de San Pedro y de Santa Coloma y de Santa Marina, que son en la aldea que llaman Los Santos, y en su término” y sobre “el clérigo e de la pila y del enterramiento que el dicho don Sancho, obispo (…) puso en mandó poner en la dicha yglesia de San Pedro del lugar de Los Santos, sobre que eran e son pleitos movidos en corte de Roma”.
Esta última delimitación nos dio la pista, hace algunos años, hacia 2002, cuando preparábamos la tesis doctoral en la facultad de Historia de Salamanca, para indagar un poco más en relación con estas tres iglesias que se nombraban en la aldea de Los Santos: San Pedro, Santa Coloma y Santa Marina. Localizamos otros cuatro documentos, fechados entre el 2 de marzo y el 28 de abril de aquel año de 1357, en que se mostraban nuevos detalles y, sobre todo, recorrimos algunos lugares del Alto Alberche que podrían corresponder con este lugar, Los Santos, que no aparecía en los mapas ni en otros documentos contemporáneos, anteriores ni posteriores.
Me parece que entonces dimos algunas pistas que fueron definitivas para lo que vino después. La publicación de las conclusiones del estudio, en 2009, llevó a una primera jornada de arqueología en comunidad, organizada por el Ayuntamiento de Navarrevisca, en junio de 2019. Sobre todo, condujo a la ejecución de diversas campañas arqueológicas (2020-2023) bajo la dirección de Jesús Caballero y Blas Cabrera, de la empresa Castellum, todavía en curso.
Las excavaciones de esta extraordinaria altiplanicie todavía no han terminado. Pero ya son visibles restos, al menos, de la iglesia de San Pedro, del siglo XIV, de una iglesia del siglo XI, de otra construcción religiosa hispano-visigoda, del siglo VII, que contiene tumbas excavadas en la roca, sarcófagos exentos y tumbas de lajas, así como diversas zonas de habitación. Se habla ya de una sacralidad continuada, sostenida en el tiempo, que podría conectar con los espacios mágicos de los pueblos prerromanos. Estamos, sin duda, ante uno de los yacimientos más importantes de este territorio que dará mucho que hablar en los próximos años. Interesante.
FUENTE: J.A.C.G.