POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Poetry slam, 2.0, slamer… ¿Poetas ingleses? No, rapsodas astures; compiten con otros y la audiencia puntúa sus versos y manera de decirlos. Suelen improvisar versos ripiosos, redundantes, pícaros, sincopados y malillos; en castellano: payada, bomba, bamba, calaveras, chirigota, coplón, murga, copla de ciego, galerón, seguidilla, trova, jarana, mejorana, romance vulgar, punto guajiro, torbellino, juglar… A veces su rima se frustraba aunque no siempre para peor: “Úrsula, ¿qué estás haciendo? / -Remendando mis enaguas, / porque si no las remiendo, / se me ven las… trenzas”. A Felipe IV se dirigió Quevedo con la idea de improvisar una composición sobre el verso forzado que el monarca propusiera: “Deme pie vuestra majestad”; el Rey le alargó una pierna, se la cogió Quevedo y dijo: “¡Buen pie! ¡Mejor coyuntura! Paréceme, gran señor, que yo soy el herrador y vos la cabalgadura”. Pero, claro, hablamos de un Quevedo 10.0.
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