POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Ayer les prometí que si tenía tiempo y estaba de humor les contaría la historieta del dicho popular » Por atún y a ver al duque», ya citado en el siglo XVII por Gonzalo Correas (1571-1631) en su «Vocabulario de refranes y frases proverbiales», editado en 1627.
Así lo explicaba Correas:
«A Sanlúcar, por atún y a ver al duque»
Dícese por los que dan a entender que van a una cosa y van a otra de principal intento. Tomose de los que van a comprar atunes a las almadrabas del duque de Medina Sidonia y dicen que a él van a ver, como sus allegados, y del del atún, de camino en que está su vanidad».
Para entendernos en lenguaje de hoy: Esa expresión la utilizan quienes dicen ir a por una cosa y es por otra; o quienes, en alarde de presunción, insinúan amistad y «valimiento» con personas influyentes y poderosas.
¡Vaya!
Algo así como vemos en cierta colaboradora de «programa de salvamento» que asegura tener amistad entrañable con la reina Letizia, con Sara Carbonero (a la que dio consejos para la pronta recuperación de su marido) o con él o la responsable de prensa de la Casa Real para que le dé cumplida información de lo que sucede en Palacio.
Que conste que yo conozco a muchas personas que ejercen de «conocedoras de importantes» y hasta pretenden «vender favores» por razón de tal conocimiento.
Tengo entendido que por los «Madriles de los inicios del siglo XX» era usual el dicho de «A Madrid y a ver al conde».
Parece ser que se refería al conde de Romanones, don Álvaro Figueroa (1863-1950), gran amigo del rey don Alfonso XIII.
Este señor era el abuelo de doña Natalia Figueroa, la esposa del cantante Raphael.
Volviendo a lo del atún.
Les contaba también cómo antaño las almadrabas de Sanlúcar de Barrameda estaban en manos del ducado de Medina Sidonia y que en estos días primaverales Gijón, por iniciativa de ALIMERKA, fue testigo de la festiva presentación y despiece (ronqueo) de los primeros atunes rojos en nuestro Principado.
Así que para celebrarlo, si lo desean, preparen unos lomos a la plancha siguiendo estos consejos «de mi experiencia».
Pidan en la pescadería unas lonchas de lomo de atún rojo, más bien gruesos, y con un peso aproximado de 200-250 g cada una. Sazónenlas al gusto.
Llévenlas a una plancha, previamente engrasada y muy caliente, para que «doren» superficialmente y la costra formada impida la «evaporación» de jugos interiores.
Es decir, han de quedar «rustidas» al exterior y muy jugosas en el interior.
Emplaten en una fuente y acompañen de ensalada tradicional o, como a mi me gusta más, con unas patatas cocidas aliñadas con all i oli (es decir, al «ajoceite»).
Y pásenlo muy bien este fin de semana, que los cursis modernohablantes dicen «finde».