POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
En 1922, en el Campo Santa Eulalia, se fundó el C.D. Montijo (conocido por el equipo del Gómez y Rodríguez); en los territorios de “Los Cabaderos”, cerca de la Estación de Ferrocarril. Aflora en la memoria un tren lleno de seguidores con el sentimiento de animar y celebrar el triunfo perpetrado al poderoso equipo y fuerte rival de la ciudad romana de Mérida. Pero directivos y jugadores no continuaron con el proyecto y guardaron sus camisetas blanquiazules.
A comienzos de los años treinta, a poco para que se proclamara la II República, surgió un nuevo equipo: MONTIJO F.C. distinto al anterior. A la Directiva y jugadores les bastó un recinto cercado de tablas, frente al Matadero Municipal, para que volviesen las tardes de pasión y gloria deportiva, identificados en los colores rojo y negro. Allí supieron manejar el balón, entre otros, futbolistas de la talla de Candado, Paquino, Vila, Melara, Campos, Pardal, Luis, Jiménez, Toribio Rodríguez, Cortés, Ruiz, Calle y Cecilio Rodríguez. La incivil guerra que sufrimos los españoles fue la causa para que este equipo desapareciese, tras haberse enfrentado a la élite del fútbol extremeño, a clubes de renombre de la competición nacional y a poderosos equipos del hermano Portugal.
Hoy evoco coplas y cantares que con pasión la afición de aquellos años cantaba, regresando así a la memoria de aquellas glorias deportivas: “Por la carretera adelante, camino del Matadero, está el Montijo F.C que gana mucho dinero. El primero es Luis Vila, el segundo Alfonso Campos, el tercero Javier Cortes y el cuarto el Gorriato. Por eso en Montijo hay una gran animación con grandes bailes de máscaras en el Teatro Calderón. A Cecilio el latero le falta un riñón, si sigue jugando le faltan los dos”.