LAS RAZONES SE EXPLICAN EN EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LAS NUEVAS POBLACIONES DE CAÑADA ROSAL CON EL SOPORTE INTELECTUAL DEL CRONISTA LOCAL JOSÉ ANTONIO FILTER
Personas, tierras y sueños. La fórmula que está detrás de la mayoría de los acontecimientos de la historia, de las glorias y también de las miserias. La misma que en el siglo XVIII llevó a un grupo de colonos de Alemania, Francia, Austria o Países Bajos a lanzarse a la aventura de conquistar una nueva vida en pueblos del corazón de Andalucía.
Así nacieron las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía, entre las que se cuenta Cañada Rosal, que en aquel entonces era poco más que un puñado de tierra baldío pero estratégicamente situado en la ruta que unía la Corte con el sur, lo que la hacía atractiva para el bandolerismo.
Este fue uno de los motivos por el que se incluyó al municipio carrosaleño en este programa de colonización auspiciado por Carlos III con la colaboración de intelectuales de la época como Olavide o Campomanes. Pero había otras intenciones, como sembrar de vida tierras yermas o, siguiendo los ideales reformistas de a Ilustración, ensayar en estas nuevas poblaciones un modelo de sociedad nueva, que sirviera de modelo al resto de España y Europa.
Puede costar entender por qué un grupo de hombres y mujeres centroeuropeos decidió aventurarse en tan exótica empresa, pero las razones se explican a lo largo del recorrido al que invita el Centro de Interpretación de las Nuevas Poblaciones de Cañada Rosal, construido en la finca La Suerte con diseño de Alminar y el soporte intelectual del cronista local José Antonio Filter.
El espacio, con más de 300 metros cuadrados, ofrece un viaje por la historia de Cañada Rosal a través de una exposición con documentos, mapas y otras curiosidades de la época, así como mediante la proyección de tres vídeos en los que se relata la colonización y su influencia en el municipio actual. El complejo se completa con dos patios dedicados a eventos y un aula didáctica para los niños. Cada espacio, curiosamente, está identificado en castellano y alemán.
Las «suertes»
Según explica a ABC Provincia José Antonio Muñoz, concejal del Ayuntamiento carrosaleño, cada año se introducen novedades en el centro para éste no pierda interés. En la actualidad la exposición describe los orígenes del proyecto reformista, habla de sus protagonistas, narra el periplo de los colonos hasta llegar a Cañada Rosal o cómo fue su dura adaptación.
«Les prometían el paraíso», cuenta el delegado, pero lo cierto es que muchos murieron por el clima del sur o por contraer distintas enfermedades. De hecho, en el vídeo se puede ver cómo se les seducía presentando las duras tierras de la zona, pleno monte, como jardines del edén donde los árboles florecían todo el año.
Pero, sin duda, la huella más intensa vive en la propia población, gran parte de ella con claros rasgos teutónicos: cabellos muy rubios, piel blanca y ojos claros difíciles de ver por el sur. Por si hay duda, ahí están los apellidos: Filter, Hans, Ruger, Duvison, Delis, Hebles… Es «Europa hecha pueblo», tal y como rubrica en los muros del centro el cronista local.
Entre los curiosos documentos que se pueden encontrar en este centro, figura una reproducción digital del Fuero o recopilación de las normas y recomendaciones que debían llevarse a cabo en la fundación de las Nuevas Poblaciones, el cual estuvo vigente durante 68 años.
Asimismo puede conocerse a través de un mapa original la parcelación de las tierras en «suertes» (56 fanegas de tierra), cada una para una familia de colonos, entregadas junto a un arado, un azadón, dos vacas, cinco ovejas y granos para la primera sementera.
Hans, Filter, Ruger
También divulga el centro algunas pinceladas de la Cañada Rosal de nuestros días, que transpira su pasado colonial, visible en manifestaciones como la tradición de los Huevos Pintados, huevos cocidos que se tiñen de colores para el juego de los niños y su venta el Domingo de Pascua por vecinos ataviados como auténticos colonos. Igualmente, se mantiene desde hace 14 años un intercambio cultural con alumnos de la ciudad alemana de Idstein (Hessen).
Fuente: http://sevilla.abc.es/ – Ángela Lora