EL NOMBRE DE LA PLAYA DEL CURA VIENE DE ANTIGUO Y EL CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA FRANCISCO SALA ANIORTE LO ENCUENTRA SEÑALADO EN LAS CARTAS NÁUTICAS AL MENOS DESDE 1860
Somos lo que nombramos. Y lo que ya no se nombra se lo lleva el olvido y la historia a partes iguales. Incluso en ciudades como Torrevieja, engrandecida por el turismo en calles y lugares a base de residenciales y nombres temáticos en serie, se encuentran rincones que anclan su denominación al tiempo. El Paseo de las Rocas, la Playa del Cura, la de los Locos, la Cala de la Higuera, el Tintero, la playa del Acequión, el Torrejón… Parajes conocidos por todos, populares y compartidos por decenas de miles de personas -sean turistas o residentes-, cuyos topónimos siguen envueltos en el respeto, la ingenuidad o el corazón de la gente que los nombró.
La tragedia de un día que tal vez fuera de verano, y acabó con el fallecimiento de un sacerdote ahogado en la playa, conmocionó de tal forma a la población que aquella fue ya y para siempre la Playa del Cura. La residencia de atención psiquiátrica construida a principios del siglo XX cerca de la Punta del Salaret -ésa que hoy se conoce más por ser la ubicación del edificio Luz Mar y el 222-, nos dejó el topónimo de la Playa de Los Locos. Pero qué sabía la gente de entonces de lo políticamente correcto ¿verdad? Aunque el doctor Ruiz Cánovas fuera pionero en la humanización científica del tratamiento de este tipo de enfermedades. Aunque la labor de aquellos profesionales se diluyera en los primeros años cuarenta en un mundo al que le resultaba más cómodo llamarlos locos.
La Playa de Los Náufragos nos lleva a tremendos temporales de levante. Sin diques. Sin puerto. A barcos que quedaban náufragos de sí mismos y acababan en la playa más sureña del municipio de cualquier manera. Encallados. Rotos. Descuartizados. Debía ser tan cotidiano aquello que en tierra los esperaba el reciclaje. Toda una industria. Y claro que sí, aquella era la playa de Los Náufragos. No podía llamarse de otra forma.
Pero la explicación de la toponimia local no es siempre de grandes historias. Hay lugares mucho más modestos que se nombran por un distintivo del paisaje como Cala Piteras, Cala de La Zorra, de La Higuera. Algunos por clara derivación valenciana como Cabo Cervera (Cap Cerver), Cabo Roig (Cap Roig), Punta Margalla (de margalló o palmito)o Punta Prima (prima, delgada). También los hay que aluden a distintas faenas como Cala del Palangre, de Los Trabajos, o El Tintero, donde se encuentra un popular kiosko-terraza junto a la Playa del Cura que tomó su nombre del sitio donde los pescadores tintaban las redes. La Playa de La Mata, y la población del mismo nombre tomaron probablemente su nombre de un lentisco de grandes dimensiones ¿ Y hay algo más sencillo que un Paseo de las Rocas aunque se llame de Juan Aparicio?
PLAYA A PLAYA…
Playa de Los Locos: «Sanatorio» para enfermos mentales
En 1907 el doctor murciano Mariano Ruiz Cánovas puso en marcha el Sanatorio Virgen del Carmen en el actual Palmeral. Baluarte de nuevas formas científicas en el tratamiento de la enfermedad mental, muy alejado del concepto de «manicomio», funcionó hasta después de terminar la Guerra Civil. «Los Locos», claro está, deriva de la denominación popular de sus residentes. Hoy la avenida paralela a la playa lleva también el nombre de este doctor.
Playa del Cura: Un nombre curioso y una historia oral
Hay muy pocas referencias históricas al origen del nombre de la playa más popular y urbana de la ciudad. Su historia es asociada por la transmisión oral al dramático suceso en el que un sacerdote pereció ahogado en sus aguas. El nombre viene de antiguo. El cronista oficial de Torrevieja Francisco Sala Aniorte lo encuentra señalado en las cartas náuticas al menos desde 1860.
La Cala del Palangre: La tradición pesquera como argumento
Esta minúscula playita situada entre las del Cura y Los Locos debe su nombre a la tradición pesquera de Torrevieja. En concreto, a las artes de pesca con palangre, que a buen seguro tendrían una zona para calar frente a este tramo de litoral antiguamente. Y no tanto porque todavía hoy las embarcaciones de artes menores calan sus redes en las proximidades, algo que cualquier usuario de las playas de Torrevieja puede observar en distintas horas del día. Es una playa singular, porque siempre desaparece con los temporales y el torrente de agua de lluvia que arrastra toda la Avenida de Las Habaneras. Pero siempre reaparece en verano, con toda su arena, como un rincón de aguas cristalinas, con fondos en los que se alternan la roca y la arena, en pleno centro del casco urbano de Torrevieja.
La Mata: El lentisco que dio origen al nombre de la pedanía
El topónimo de esta extensa playa se relaciona en primer lugar con la población de La Mata, donde se ubica este arenal perteneciente al cordón dunar litoral. Pero ¿Por qué La Mata se llama La Mata? Según la teoría del investigador y biólogo Juan Antonio Pujol, en la zona del embarcadero de las primeras casas que dieron origen a la pedanía habría existido un ejemplar de gran porte de lentisco. Un arbusto que sería «digno de ver» -como les gusta decir a los torrevejenses-, si tenemos en cuenta que ya aparecía documentado como referencia del lugar en alguno de los mapas más antiguos de la zona. El lentisco, especie mediterránea que medra de maravilla en suelos calizos y salinos junto al mar, era conocida con el nombre de «mata», y pueden llegar a alcanzar varios metros de altura.
Playa del Acequión, más de quinientos años de historia
La Playa del Acequión no es «legalmente» una playa al encontrarse en el ámbito porturario, pero es la preferida por miles de bañistas por su céntrica situación y porque jamás tiene olas. Está dentro de la bahía y su nombre se relaciona con la kilométrica acequia -Acequión- que conecta el Mediterráneo con la laguna de Torrevieja y servía para evacuar salmueras o alimentarla de agua del mar. Es la única construcción de la ciudad con más de cinco siglos de historia
Cala del Lobo: La más desconocida de todas las calas torrevejenses
Muy poco conocida en Torrevieja hoy, la denominación de Cala del Lobo Marino, sí aparece en la antigua cartografía de la zona. Y el topónimo tiene su interés porque recoge la existencia de una especie, el lobo marino, que ha desaparecido de las costas del sureste mediterráneo. La cala, muy escondida pero accesible, está situada junto a Cabo Cervera y La Torre del Moro. En este tramo de costa rocosa y recortada el municipio se suceden lugares que se conocen con nombres que salen del paisaje donde se encuentran. La cala de la Higuera, La Redonda, la cala de La Zorra. O la cala de Los Trabajos, que se localiza junto al edificio Luz Mar (Playa de los Locos), y tiene su origen en la cantera abierta en su día para extraer material de construcción -piedra-, y algunos dicen fue al puerto.
Fuente: http://www.diarioinformacion.com/ – D. Pamies