POR JOSÉ ANTONIO MELGARES GUERRERO, CRONISTA OFICIAL DE CARAVACA Y DE LA REGIÓN DE MURCIA
Al concluir el fía de San Agustín quiero compartir con mis amigos de facebook una costumbre murciana ya desaparecida, que tiene que ver con el monasterio de monjas agustinas del Corpus Cristi de la capital.
En tiempos de nuestros padres era costumbre piadosa de algunas familias capitalinas solicitar de las monjas la correa de la imagen de la Virgen de la Consolación cuando iba a dar a luz alguien de esa familia.
Al devolverla acompañaban un donativo para la comunidad. Lo publiqué en mi biografía sobre Antonio Pérez Castro, pues él mismo nació bajo el amparo de dicha correa.