POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Se lo había anunciado Jesús: «Pedro, antes de que cante el gallo tu me negarás tres veces».
Pedro, sabiéndose «piedra» de la nueva Iglesia, protestó ante tal insinuación y manifestó su «ferviente adhesión» al Mesías y a su doctrina.
¡Vaya!
Algo así como Monsieur Valls, primer ministro del Gobierno socialista francés que ahora se da de baja en su partido y se ofrece al Presidente Macron.
Y Jesús fue traicionado por Judas, su discípulo, y fue encarcelado, martirizado y condenado a muerte.
Estando en el palacio de Pilatos, Pedro y otros discípulos se hallaban a la puerta del Petrorio, era de noche, hacía frio y les mandaron entrar para cobijarse. Una criada reconoció a Pedro como discípulo de Jesús y este, por tres veces, NEGÓ relación alguna con él.
Lo cuenta San Juan Evangelista: «Iterum negavit Petrus et statim GALLUS CANTAVIT».
Cumpliose, pues, la advertencia de Jesús.
Bueno, bueno… pues ya tenemos historia para relacionar a San Pedro con un gallo.
Pero ¿por qué eso de ARROZ CON GALLO MUERTO?
Como comprenderán, nadie que yo sepa, come arroz con GALLO VIVO.
Pues verán ustedes. Antaño, y esto desde tiempos casi medievales, era frecuente «correr el gallo» en días de carnaval.
En algunos pueblos, como en Carrandi (Colunga-Asturias) los niños corrían tras un gallo suelto en un prado y el que lo capturara, para él y su familia. En otros, más bien un tanto «salvajes», colgaban un gallo cabeza abajo y los jóvenes, con los ojos vendados, daban palos al aire con una estaca. El que matara al gallo, para él y ¡a guisarlo con arroz!
De ahí el dicho de ARROZ CON GALLO MUERTO como garantía de comida de fiesta.
San Pedro, «portero de la entrada al cielo», es santo patrono de muchos pueblos y ciudades de Asturias: Gijón, La Felguera… y ya en plan muy humilde, Sales, una parroquia colunguesa al este de la villa capital del concejo.
Bueno, humilde sí será, pero para guisar ARROZ CON GALLU MUERTU son maestros de Alta Escuela.
Yo lo guiso así en paella:
Bien limpio y eviscerado, troceo el «pitu de aldea» en pedazos mediano-grandes que, adobados con ajo y sal, doro en aceite de oliva.
En una tartera y con ellos y su aceite, frío unas tiras de pimiento rojo. Añado caldo de ave y un chorro de brandy y los cuezo a fuego medio-fuerte hasta que la carne esté blanda.
Los llevo a una paella (también llamada paellera, sumo el arroz, azafrán y caldo (hirviendo) necesario; dejo cocer a fuego fuerte durante 10 minutos y a fuego medio 7 minutos.
Cubro la paella con un paño blanco y dejo un reposo de unos 5 a 8 minutos.
En fin, San Pedro, en Asturias, nos trae tormentas y lluvias. Tiempo ideal para celebrar fiesta con ARROZ Y GALLO MUERTO.