POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Muy pronto se hará realidad este refrán: “Por Santiago, pinta el vago; pinta la uva que está madura. Pinta el melón y el melocotón”, porque julio acarrea olores a pámpanos y racimos. Porque pasó la Virgen del Carmen y suena suspirando el aire de los abanicos contra los pechos. Crujen las mecedoras de rejillas en su balanceo y el día calienta con su ola de calor el hierro de la baranda del atrio de San Pedro. Lo tocas y parece que está recién salido de la fragua de Vulcano. Porque en este tiempo, en las largas tardes, las calles viven una paz y un silencio absoluto. No hay ni un alma por ellas en las horas pacíficas de la siesta. Son días en los que no hay misericordias en lo climatológico. Es verano y corre el reloj en busca de agosto.