POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Ayer llevé “Por todo lo alto” al Grupo de Montaña Torreblanca, en la calle Sol, pero de noche.
Gracias a su presidente, Antonio Alcalde, con quien allí mismo subí al Salcantay; a Álvaro Zorzo, con quien también charlé la Oeste del Urriellu; a Juancho Funes, que me presentó; a Isabel Moro, que conocí en 1981 en las Ubiñas; a Chus “el Mago”, que proyectó un video excelente sobre mi libro; a Manolo García Viejo, que en representación del Grupo me entregó un recuerdo de mi charla, un jito para no perderme, o perderme donde me dé por la gana; a José “Ata”, hermano de mi amiga Toñi, que vive en Roma; a Sergio “Keko”, de Sangreña, Pravia…
Leí que para gustar plenamente la felicidad hay que ser indigno de ella; y esto viene a corroborar mi teoría acerca de los premios: hay que recibirlos antes de que los merezcamos.
Fue mi caso ayer. Por eso fui dichoso.