POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
La democracia, más que para decidir cada cosa por mayoría, pues nadie es experto en todo, era un sistema político creado para elegir a los gobernantes que, con la ayuda de sus asesores de confianza, han de gobernarnos; ellos serían responsables de sus decisiones y nosotros, los demócratas, quienes tendríamos potestad de votar para quitarles el poder si no nos benefició su poderío. Pero la democracia se ha democratizado, ya no se trata de gobernar con el consentimiento mayoritario sino de que decida la mayoría en tiempo real, que cada maniobra se someta a sufragio, que se desmenucen todas y cada una de las decisiones posibles para someterlas al absolutismo mayoritario; la democracia se ha convertido en un fractal donde todo dios manda tanto como el especialista delegado, donde la cabeza son los pies. En verdad, no elegimos jefes sino portavoces.
Fuente: http://www.lne.es/