HUERMUR RECUPERA LA CONCESIÓJ FALLIDA DE BIEN DE INTERÉS CULTURAL IMPULSADA EN 1997 PARA ESTA ZONA DE GRAN VALOR ARQUEOLÓGICO, POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Debía de ser un avance en la protección del patrimonio. Así, al menos, lo anunciaron hace veintidós años para luego, casi al instante, abandonar el proyecto en un cajón y olvidarlo. Era la incoación de sitio histórico a favor del complejo arqueológico y arquitectónico de La Luz. Ahora, la Asociación para la Conservación de la Huerta (Huermur) ha solicitado que se recupere y amplíe el proyecto, lo que evitará que se continúe degradando como sucede, por ejemplo, con el remoto eremitorio.
El conjunto de construcciones que se incluirían en la catalogación propuesta de Bien de Interés Cultural (BIC) es La Luz, El Verdolay y La Fuensanta, una inmensa franja de terrero y edificaciones que se extiende de oeste a este por la ladera norte del parque regional El Valle y Carrascoy, desde la ermita de San Antonio el Pobre hasta el santuario de la Patrona de Murcia. En línea recta, un kilómetro largo.
¿Qué se quiere proteger?
Santuario íbero de la Luz
Restos de una estructura de un templo y su ‘témenos’, de inspiración greco-itálica, construido en el tránsito de los siglos III al II a. C, en los años inmediatos a la ocupación romana de la zona.
Necrópolis íbera del Cabecico del Tesoro
Se trata de la mayor necrópolis ibérica de España, conocida como el Cabecico del Tesoro. En este paraje de El Verdolay se esconde un poblado íbero completo. Fechado en su inicio sobre el 500 a.C., se mantuvo hasta la llegada de los romanos.
Ermita de San Antonio el Pobre
Está situada en la orilla de una rambla, en un paraje especial, con indudables valores paisajísticos. Se trata de un pequeño conjunto arquitectónico integrado por la iglesia, datada en 1735, los restos de la habitación del ermitaño y una cueva.
Castillo de Santa Catalina del Monte, de la Luz o de El Verdolay
La construcción de un espacio fortificado en este lugar parece remontarse a los primeros siglos de la dominación islámica de la Península Ibérica, aunque la ocupación del lugar es más antigua. El abandono de la fortaleza podría fecharse hacia mediados del siglo XIII, tras la incorporación del reino musulmán de Murcia a la Corona de Castilla.
Palacio del obispo y huerto monacal de Santa Catalina del Monte
Construido por Mateo Gilabert entre 1789 y 1805, fue residencia veraniega de los obispos de Cartagena. El conjunto arquitectónico comprende el convento franciscano, el Palacio Episcopal de verano, el jardín y el huerto. Contiene varios escudos en las portadas y esquinas de los edificios.
Eremitorio de la Luz
En 1696, el obispo Fernández de Angulo concedió a los ermitaños el permiso para levantar un oratorio que es la actual iglesia del monasterio que se abrió al culto público en 1701. El templo, que fue edificado de nueva planta, fue reformado más tarde, en el siglo XIX.
Torres medievales
En el mismo entorno se encuentran varias torres medievales islámicas, muy deterioradas en los últimos años.
Alberca
Junto al nuevo convento de las carmelitas descalzas se localiza una estructura hidráulica destinada al almacenamiento de agua procedente del ramblizo inmediato que desciende hacia ella desde el sur.
Propiedades de la Iglesia
Entre ellas, el santuario de La Fuensanta y el convento adyacente, los manantiales, cuevas y cuestas o la Casa del Labrador, hoy en ruinas.
Esa zona atesora un indiscutible conjunto de valores patrimoniales de tipo arqueológico, etnográfico, histórico, religioso, de carácter simbólico, paisajístico y medioambiental. Y a ellos, por su proximidad con la ciudad, se suma el valor de uso y disfrute con fines deportivos y de ocio.
Desde el punto de vista patrimonial, la zona es una de las más importantes para la historia de la huerta de Murcia y del valle del Segura, pues ha sido objeto de constantes poblamientos y asentamientos desde época íbera. Es el caso del yacimiento del Santuario de la Luz o la necrópolis del Cabecico del Tesoro, junto al monumento BIC del Palacio del Obispo y su huerto monacal de Santa Catalina del Monte.
En esta área se conserva, mal que bien, diverso y rico patrimonio histórico y cultural que abarca desde yacimientos arqueológicos hasta edificaciones defensivas medievales y elementos hidráulicos de singular importancia, todos englobados dentro del parque regional «y que requieren de una protección conjunta, pues son elementos de una ocupación extensa y continuada, conformando lo que caracteriza al sitio histórico», señala Sergio Pacheco, presidente de Huermur.
El lugar no tiene desperdicio histórico. El complejo de El Verdolay está compuesto por el poblado, la necrópolis, llamada Cabecico del Tesoro, y el santuario ibérico de La Luz. Forman una estación arqueológica indispensable para el conocimiento del área ibérica del Sureste.
Este conjunto de yacimientos ligados entre sí es el testimonio de una ocupación de lugar extensa y continuada con el lógico desplazamiento del hábitat hacia zonas más accesibles y con posibilidad de crecimiento. En el monte vecino, además, se conserva en ruinas el castillo de La Luz, del siglo X, sobre un asentamiento argárico.
Sobre el terreno permanecen restos de época argárica junto con otros de procedencia ibérica, que permiten pensar en una ocupación continuada de la zona desde el siglo VIII al I a. C. Poco más se conoce sobre el poblado que, actualmente, se encuentra bajo los chalés de la urbanización de El Verdolay.
La necrópolis del poblado se sitúa, desde el primer momento, en una ladera hoy cubierta de pinos. Sus límites cronológicos vienen dados por el empleo de fragmentos escultóricos y arquitectónicos del siglo V a. C. en el entibado de tumbas posteriores. Junto a estas tumbas de tipo principesco, lo que más abundan son los enterramientos característicos de la cultura ibérica. También los hay con materiales romanos fechables entre los siglos II y I a. C.
Los terrenos propuestos ocupan una franja que se extiende de oeste a este por la ladera norte del parque regional. En el lugar hay yacimientos prehistóricos, íberos, romanos y medievales, además de una ermita, cuevas y fuentes
Cultura lo estudiará
La propuesta de Huermur se extiende a otras construcciones, como las torres defensivas medievales que se sitúan junto al santuario de La Fuensanta, que también formaría parte del futuro sitio histórico junto a sus célebres cuestas, las fuentes y algunas cuevas. Así, la gruta que la tradición denomina de La Cómica o las que usaron los monjes de La Luz antes de instalarse en el eremitorio.
La protección de parte de estos bienes ya se contempló sin éxito mediante una resolución fechada el 19 de diciembre de 1997, de la Dirección General de Cultura de la Consejería de Cultura y Educación de la Región de Murcia. La propuesta fue publicada en el BOE del día 18 de febrero de 1998. Huermur denuncia que «el expediente caducó y por ello proponemos que se retome, incluyendo todos los lugares de interés cuya descripción hemos aportado a Cultura». Fuentes de esta institución señalan que, «como cualquier petición, se cotejará con los expedientes oficiales y se le dará cumplida respuesta».
Fuente: https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/proponen-declarar-sitio-20181024005453-ntvo.html