POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFIICAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
En la Semana del Árbol las autoridades se lanzan a plantar abedules y cerezos; las concejalías quieren revitalizar el Naranco, o sea la praderina que hay en la cumbre y, si acaso, segar el Paseo de Valdeflora; otra cosa sea el resto del monte, ya no digo el septentrión, la falda fantasma: el Llugarín, las canteras, Villapérez, Folgueras, Castiello, Ladines…, sino la ladera meridional, la parte ramirense, llamada desde el siglo VIII a ser el barrio chic de la ciudad, hoy un desastre sumido en el abandono, de Este a Oeste: Cuyences, Toleo, Fitoria, Villamejil, San Lázaro de Paniceres, Ules, Villamorsén, La Moral, Lampaya, Loriana, Lubrió… Pero es la Semana del Árbol, plantemos cerezos y abedules en esa parederina, al abrigo del Corazón de Jesús, mira por dónde brota nuestro Parque Periurbano; esa praderina es nuestro consenso, nuestro mínimo común múltiplo.
Fuente: http://www.lne.es/