POR PEPE MONTESERÍN. CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Estuve en Sevilla, donde el aire acondicionado, en el Tablao El Arenal, detrás de la Maestranza, si es que los ruedos tienen parte de atrás, en la calle Rodo, 7; sólo tomé una sangría para no perder ripio del espectáculo, que merecía suma atención. Disfruté a María Vargas y a Antonio Castro Raya, los bailaores de la foto de portada del programa, también a Susana Casas, “la Chabuquita”, que me habló con sus castañuelas, clo, clo, y escuché la guitarra de Ramón Amador Moreno, que tocó para que otros cantaran y bailaran unas “pravianas”, sí, pravianas, que parten del tronco de las tonás, la rama de cañas, el palo de la soleá y se va por tangos y tanguillos hasta los cantes de importación y llega a la rumba, la farruca, la milonga y la susodicha praviana, por tientos. A la salida, sumergido en el Guadalquivir, tras los tajamares del puente de Triana, cené piripi, pringá y frixuelos. ¡Cuántas coincidencias! Es más, juraría que la del Rocío y la del Valle son la misma Virgen.

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