POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Hoy, 4 de octubre, la Iglesia Católica celebra la festividad de San Francisco de Asís, «Il poverello» («el probiquín», que diríamos en Asturias), nacido en 1182 y fallecido en 1226.
Hijo del rico comerciante Pietro Bernardone di Monconi (¿de qué me suena este apellido?), de él escribió Philippe Rouillard que «Dios lo creó con los ojos claros y el alma alegre para que el mundo tuviera un hombre capaz de mirar a las criaturas y alabar al Creador».
Cuenta una leyenda devota que cuando sufría las tentaciones del demonio, San Francisco lo combatía a base de latigazos dados al aire con el cordón de su hábito franciscano.
El diablo, asustado, retornaba a los infiernos en medio de una tormenta de vientos, rayos y truenos.
Tormentas, lluvias, galernas, vientos… que las gentes dieron en llamar «El cordonazo de San Francisco» o «El Ramalazo de San Francisco»; y que en Asturias decimos «vientu les castañes», «aire les castañes», «vientu les bruxes» , «vientu los llocos».
Días desapacibles que, siguiendo la tradición, se repiten en estos días; fechas que cierran definitivamente el verano y abren las puertas a la invernía.
Pero, ¿es verdad eso que se cuenta del «cordonazo»?
Verán.
Cuando una masa grande de aire cálido y húmedo («vientu ábregu», decimos en Asturias, y en Llastres, «foranu»), si al desplazarse de barlovento (zona de origen) a sotavento encuentra una «pared» montañosa que impide su paso, se ve «obligada» a ascender para salvar ese obstáculo. A medida que asciende se va enfriando (aprox. 1º C por cada 100 m de altura), alcanzando temperaturas inferiores a las del punto de rocío.
El vapor de agua se condensa o resublima originando intensas lluvias y granizadas, normalmente acompañadas de aparato eléctrico y fuertes vientos.
Y, claro, como las castañas están ya en punto de maduración, los «oricios» caen fácilmente del árbol facilitando la recolección de los frutos.
De ahí lo del «vientu les castañes».
Por otra parte, los cambios bruscos de clima (de «grandes calores» a «intensos fríos») suelen afectar a muchas personas en su «respuesta conductual»; lo que justifica el nombre de «vientu los llocos».
Lo del «vientu les bruxes» justifica la creencia de que las brujas tenían sus aquelarres, además de los sábados, las noches de «tenebrosa tormenta».
Ya están aquí las primeras castañas. Vamos a disfrutarlas comiéndolas cocidas (previamente peladas) y acompañadas con leche caliente.
En Colunga las llamamos «pulguines» porque «pulgar» (del latín, purgare) significa quitar la piel exterior (pulgos) a las patatas y a las frutas.
NOTA
Las castañas de la foto fueron recolectadas este domingo en La Poledura (Duz-Colunga-Asturias).
Primicia de nuestro concejo.