POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUECA DEL ARZOBISPO (JAEN)
Dio la bienvenida a los asistentes al pregón el párroco D. Bartolomé López. Presentó los actos Gabriel Carcelén, Hermano Mayor de la Cofradía de El Cristo de la Vera-Cruz de Vilanueva.
Abría el acto con dos marchas procesionales los componentes de la Agrupación Musical de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que cumple 30 años de su fundación.
Presentó al pregonero de este año José Cabrera Collado, maestro ya jubilado, que resaltó el currículo profesional como veterinario y su amor por el senderismo.
El pregonero Juan José Frías Mora evocó los recuerdos infantiles de la Semana Santa local: la inmensa actividad de las mujeres de la casa preparando los mantecados, y los roscos fritos, aromas de anís azúcar y limón. Los “roscos del baño” y el “encebollao” que su madre preparaba para el día de Viernes Santo.
Recordó Frías cuando era cofrade de la Borriquilla; subir a las eras con la procesión del Nazareno y después ascender hasta la vecina localidad de Iznatoraf, para ver alguna de las procesiones.
La coincidencia cuando el párroco D. Bartolomé le propuso pregonar la Semana Santa, que eran los momentos en que estaba preparando la Ruta de San Juan de la Cruz, desde El Calvario hasta Caravaca.
Con la preparación del Camino y del Pregón profundizó en la figura de San Juan de la Cruz, y cómo la vida de este santo y su actitud ante ella, encarnan, como ninguna figura, la Semana Santa. Narró los aspectos biográficos de San Juan de la Cruz; la infancia, estudios, el encuentro con Santa Teresa; su encarcelamiento en Toledo, forjando aquí su personalidad entre el amor y el dolor. El destino como prior al Convento del Calvario, entre Villanueva y Beas, donde encontró una sensación de paz que le marcaron por vida. Un convento en medio del monte entre pinos, encinas, romero y espliego con una hermosa fuente rodeada de viñas y olivos. En su Cántico Espiritual expresa esta veneración por Dios y la naturaleza.
Continuó hablando del paso de los Carmelitas Descalzos por el santuario de la Virgen de la Fuensanta, desde 1583 a 1599. Cómo quedó marcada en la memoria de San Juan por este hermoso lugar mariano, donde por una estrecha cavidad de su humilde celda, divisaba los verdes campos y silueta de Iznatoraf.
Que afortunadamente el desvelo del párroco D. Bartolomé y la Cofradía de la Fuensanta han revitalizado esta estancia de gran valor religioso, cultural e histórico.
En su recorrido biográfico de San Juan finalizó con los días de agonía y dolor en Úbeda (Jaén), hasta su muerte el 14 de diciembre de 1591. El pregonero dijo “Que ante las situaciones desagradables terribles, crueles, inhumanas e incomprensibles es donde San Juan nos muestra que tras nuestras cruces hay esperanza, ilusión, optimismo, hay vida tras la muerte”. Como en el poema “Noche Oscura, evoca el Pregón Pascual cuando el cirio desentierra las tinieblas.
Describió las distintas etapas en que habían realizado el Camino desde El Calvario hasta Caravaca de la Cruz, y una reflexión: “El misterio de sufrimiento y la Fortaleza para llevar la cruz porque todos tenemos cruces que sobrellevar”.
Con una prolongada ovación fue despedido el pregonero al finalizar un pregón diferente, cercano en nuestro día a día con reflexiones para meditar en este periodo. Por el Párroco, Alcaldesa y Presidenta de la Agrupación de Cofradías, se le entregó un valioso detalle de una pintura especial y a su esposa Rosa, un ramo de flores. El Hermano Mayor de la Cofradía “Nuestro Padre Jesús Nazareno”, recibió un recuerdo por los 30 años de la Agrupación Musical.
Despidió el acto la Agrupación Musical de Jesús de Nazareno, con otras dos marchas musicales, una de ellas con la voz de Ana María Robles, cantando “La saeta”.