POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Puntualmente se ha repetido la fecha para ofrecer el Pregón de Semana Santa, a partir de su recuperación en 1993, el sábado antes de Domingo de Ramos. Tenemos anotados 34 pregones los ofrecidos, y el de este año 2020, sería el número 35. Dos novedades importantes son, una el cambio de fecha, adelantándolo al sábado anterior, la otra que por primera vez sería ofrecido por ocho mujeres, ofreciendo cada una de ellas, el canto a una imagen o cofradía. Si podemos y nos deja este virus, asistiremos a él el año 2001
Los pregones son parte de la literatura religiosa e histórica de nuestras localidades, con elementos comunes, pero todos ellos con matices, literatura y enfoques, totalmente diferentes.
En 2011 el pregonero fue el sacerdote villanovense, Párroco en Puerto de Burriana, D. Antonio Losa Latorre, el que nos expresó sus sentimientos, presentado por el Párroco de esta localidad Bartolomé López Gutiérrez. El acto se celebró en la Casa de la Cultura.
En 2012 D. Ignacio Román Benasalvas, Ingeniero Industrial, fue presentado por Francisco J. Jiménez Peris, celebrándose en la Casa de la Cultura.
En 2013, Doña Gloria Cátedra Álamo, maestra fue presentada por el anterior pregonero, Ignacio Román Benasalvas. Tuvo el honor de ser la pregonera que inició los pregones de Semana Santa en el nuevo Teatro Regio, inaugurado unos meses antes. Todos los pregones sucesivos se han celebrado en este Teatro.
En 2014, D. Saturnino Gómez Gorgojo, superior de los trinitarios en el Santuario de la Virgen de la Fuensanta, fue presentado por Gloria Cátedra Álamo. Fue uno de los últimos actos en los que intervino este prestigioso trinitario, antes de su muerte.
En 2015, ofreció el pregón D. Matías Molina Navarrete, maestro, Empleado de Sevillana, fue presentado por José Luis Carrascosa Pulido.
Extraeré algunos párrafos de estos pregones: “La Plaza de Santa Ana es un remanso de luces, por el que navega-bajel de cristal y plata- el Sepulcro del Señor”.
“Será la Plaza de la Umbría, al amanecer. Estará cuajada en las acacias una gota de silencio, y se estilizarán de devoción las almas para contemplar al Nazareno.”
“Y entra Jesús en Jerusalén, en Villanueva, es lo mismo, pueblo de olivos, de luchas, de manos sudorosas, de escribas y fariseos, como todos los pueblos y todas las Jerusalenes del planeta”.
“Son, por lo tanto nuestros romanos unos romanos buenos, no de aquellos que se jugaban a los dados la túnica del Ajusticiado”.
“Un pregón- se ha dicho- son palabras más emociones, imperfección por lo tanto. Pero hay un impacto que resume cuanto yo no sé explicar y al que os remito acabando: el de nuestra Virgen de los Dolores, nardo moreno de Villanueva sobre todo en su Soledad. /Solito estoy en el mundo/ no me quieren ni mirar/ compadécete de mí, Virgen de la Soledad/ Tú, que eres llanto de flores y dulce estela de luz, /Mátame con tus amores/ Señora de Villanueva/ Reina del pueblo andaluz/.”
“Esa fe que se sembró aquí y que irá germinando y creciendo con el paso del tiempo. Ese árbol de la fe con las raíces en Villanueva y con sus ramas y fruto extendidos por doquier, sin que olvidemos nunca nuestro origen”.
“Alcanza su punto más dramático el Viernes Santo con el Cristo de la Expiración y los Villanovenses nos sentimos orgullosos de este grupo escultórico”.
“No hay Semana Santa sin Resurrección, ni Resurrección sin Semana Santa. Queridos paisanos y hermanos en Cristo Jesús: Sentid la alegría y el gozo de Cristo Glorioso entre nosotros”.
“Y el Señor de la Borriquilla junto con su joven hebreo a la sombra de una palmera, símbolo de triunfo, de alegría y paz, pasea por las calles a los acordes de la marcha procesional derramando sus bendiciones”.
“La expiración en ese calvario terrible donde vence el amor, porque ninguna guerra puede vencer más que el amor”.
“Algunos de estos pregoneros que nos dejaron en sus escritos la poesía, el misticismo, la sobriedad y la belleza; algunos que nos dejaron su voz clara diáfana, serena cantando la Semana Santa Villanovense; algunos como las oscuras golondrinas de Bécquer no volverán. Partieron hacía el Cristo que habían loado. Vaya mi recuerdo para todos ellos”.
“Llega la Semana Santa, la fe florece en las calles, los campos brotan con fuerza y la alfombra de la vida se viste de tiempo verde. La primavera se ampara en los arroyos perdidos, en los trigos que enderezan su ondulada arquitectura para engalanar de lejos las calles, paseos y plazas donde aparecen las lanzas, los gastadores romanos, la borriquilla y Pilatos, el Cristo que se despide de una angustiada Verónica, y que son las tradiciones que descansan en los hombros de los cofrades de siempre”.
“Antes de sacar “las túnicas de los baúles para prepararlas y airearlas yo olía ya “el alcanfor”, como previamente olía el petróleo de los velones para la procesión del Santo Entierro, y la canela para “las gachas” especie de polenta mediterránea salpicadas de trozos de picatoste que solíamos tomar en casa de mi abuela por aquellas fechas”.
Fotos Ramón Reyes