PRESENTACIÓN DEL LIBRO «IDEOLOGÍA Y ATRASO DE EXTREMADURA (1940-1986»), DEL AGRARISMO A LA TERCIARIZACIÓN’
Nov 11 2024

DE JOSÉ ANTONIO PÉREZ RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE VALDEFUENTES (CÁCERES).

El doctor en Sociología y catedrático de la Universidad de Extremadura, José Antonio Pérez Rubio. / CARLOS GIL

A través de su libro ‘Ideología y el atraso de Extremadura (1940-1986), del agrarismo a la terciarización’, explica que la intensa dependencia de los recursos del campo fue un elemento diferenciador del denominado ‘atraso’ de la región.

Ofrecer una explicación, desde el ámbito sociológico, al denominado ‘atraso’ de Extremadura, en el periodo que va entre el comienzo del franquismo y el ingreso en la Unión Europea. Esto se propone José Antonio Pérez Rubio, doctor en Sociología y catedrático de la Universidad de Extremadura, ex decano de la Facultad de Empresariales y Turismo, en su libro ‘Ideología y el atraso de Extremadura (1940-1986), del agrarismo a la terciarización’. En él indica que la intensa dependencia de los recursos agrarios y la peculiar estructura de las relaciones sociales en torno a la forma de explotación de la tierra, son los elementos diferenciadores del ‘atraso’ extremeño en comparación con otras regiones como Andalucía, con estructuras económicas semejantes.

Por sus 800 páginas de extensión y la densidad de la materia, ¿diría que es un libro de consulta?

Así es, por su volumen no recomendaría leerlo de corrido, resulta conveniente consultar el índice e ir escogiendo los capítulos que al lector le susciten mayor interés. Se trata de saber quiénes fueron los actores, no solo personas, sino también instituciones y políticas del Estado, que incidieron en el desarrollo de la región. No es un libro de economía regional, ni de historia. Se vale de indicadores económicos históricos y de una explicación sociológica para conocer otra visión del mal llamado atraso en Extremadura.

¿A qué se refiere concretamente cuando habla del «mal llamado atraso regional»?

Lo digo en el sentido de que el atraso está articulado a algo, es decir, estamos atrasados porque instituciones y políticas lo han favorecido, de forma directa o indirecta. No se puede explicar realmente el atraso, como se argumenta por parte de mucha gente, por los estrangulamientos y obstáculos que hay dentro de la propia región. Esto es, decir que los extremeños estamos atrasados y tenemos una estructura muy envejecida por no haber tenido una mentalidad empresarial, cuando lo que hay que ver es qué se entiende por mentalidad empresarial. En Extremadura siempre ha habido muchos empresarios que se dedicaban al comercio o la industria, y luego invirtieron en tierras o explotaron la mano de obra como si fueran verdaderos terratenientes.

La publicación apunta a que el franquismo alentó un modelo agropecuario intervencionista… 

La explotación de la mano de obra por parte de los latifundios no fue semejante a lo que ocurrió en Andalucía, donde prácticamente no había yunteros, es decir, aparceros que trabajaban con sus yuntas para producir trigo u otro tipo de cereales y dar un beneficio a los latifundistas. Pero en Extremadura sí. Estos yunteros tuvieron un gran protagonismo en la Guerra Civil y fueron expulsados sistemáticamente durante los años 40 y 50 como consecuencia del interés que tenían los propietarios de mecanizar y pasar a la explotación directa. El franquismo buscó una incorporación de yunteros, aparceros y obreros del campo a la denominada colonización del secano durante los años 40.

Pero ese modelo se mostró ineficaz y dio paso a la ley de 1952 del Plan Badajoz, ¿no es así?

El libro dedica más de 100 páginas al Plan Badajoz, que no arregla el problema yuntero. Este nació bajo el paraguas de la colonización del secano. Los mares por donde navegó fueron de incertidumbres y de frenazos, con problemas de presupuesto que incluyeron huelgas o plantes como se las llamaba en aquel momento. Debía de haber tenido una vigencia desde el año 1952 al 62 y, sin embargo, en el año 76 todavía seguía agonizando.

Finalmente, el problema yuntero se solucionó con la emigración de 750.000 extremeños…

Así es, con la emigración masiva de esta región a otros centros industriales del norte de España principalmente, y a Madrid. La sangría fue tal que la proporción en cuanto al número de emigrantes y población fue la más alta de España. En cuanto a las causas de la emigración, las más evidentes fueron las diferencias salariales, por ejemplo, cuánto se ganaba en un día en Barcelona y cuánto en Extremadura. También hay que decir que el Estado fue un instrumento de movilización para que los trabajadores salieran del medio rural.

Además, la dictadura no priorizó la creación de industrias y Extremadura llegó en inferioridad de condiciones a la transición…

Los centros hegemónicos como Murcia, Lérida o Valencia ya estaban instituidos desde los años 40. Extremadura llega tarde y, además, con la obligación de especializarse en la agroindustria. Si tomamos como ejemplo la política industrial del franquismo y tenemos en cuenta la acción de Instituto Nacional de Industria como principal instrumento de esta política, vemos que el INI nunca tuvo entre sus objetivos el traslado, la promoción o la redistribución territorial de la industria.

Y todo esto llevó a la terciarización de la región…

Al llegar a los 80, la mayoría de la población en Extremadura era terciaria, lo que implica un incremento de los cuellos blancos, es decir, de personal de oficina. En la región ello estaba ligado principalmente a la fuerte presencia del Estado intervencionista, en tiempos de Franco, es decir, antes y durante la consecución de la Autonomía. En algunas regiones esto puede estar vinculado a su desarrollo. En Extremadura muchas veces se pretendió la relación entre clases medias y desarrollo, pero no se cumplió porque no hubo fase industrial y pasamos del agrarismo a la terciarización de un salto. La dinámica de Extremadura sigue sometida a la de los centros del país, tanto en el caso de la economía como del factor humano.

Con todo este pasado lleno de obstáculos, a su juicio, ¿cuáles son a día de hoy las fortalezas? 

Hay países como Costa Rica y Nueva Zelanda cuyo modelo de desarrollo está basado principalmente en la puesta en valor de sus propios recursos naturales. Uno de los recursos más importantes que tenemos en la comunidad extremeña es la dehesa, pero no la dehesa entendida como productora de cerdos y de bellotas, sino que deberíamos articularla a un tipo de ecoturismo o a un turismo incluso de aventuras.

FUENTE: https://www.elperiodicoextremadura.com/extremadura/2024/11/10/jose-antonio-perez-rubio-franquismo-111552355.html

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