POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Es aroma y es esencia. Así está puesta la luz y su belleza. El silencio acaricia las calles por donde transita la vida. Hay latidos que saben a memoria y recuerdos. Pasa un tiempo sin tiempo. Tras la impaciencia y la espera ha llegado el gozo. Así, una mujer, una modista, en unos días vestirá de blanco los naranjos y llegará el azahar, prodigio que canta en medio de la floración la fiesta de una dama a la que llamamos primavera.