NOTICIA DE VALENTIN CASCO FERNÁNDEZ, CRONISTA DE VALDETORRES (BÁDAJOZ).
Primera de las dos Estelas tartésicas o de guerrero, descubiertas en Valdetorres ( Badajoz) y denominada cómo Valdetorres II
Siglos. VIII-VII a.C
VALDETORRES II
Tierra de Tartesos
De esta estela se tuvo conocimiento por primera vez en 1902, a continuación casi del descubrimiento de la de Solana de Cabañas (Roso de Luna, 1898); sin embargo, la mala fortuna hizo que sus datos permanecieran inéditos y archivados hasta el momento presente entre los fondos documentales de la Revista de Extremadura, conservados en el Museo de Cáceres, de donde pudimos extraerlos.
De los pormenores del hallazgo se daba cuenta en una carta remitida desde Valdetorres por D.Victorino Cortés a D. J. Sanguino Michel, entonces director de la mencionada Revista. En la misma se adjuntaba un dibujo, a la vez que se relacionaban sus medidas y se relataban algunas cuestiones acerca de su posible origen y adscripción cultural.
Segŭn se deduce de la lectura de la misiva, ni receptor, ni remitente supieron en su momento de que se trataba, de lo contrario, la estela no habría pasado desapercibida ni se habría conservado inédita hasta la actualidad.
Los datos que proporciona el manuscrito, no son todo lo exhaustivos que cabría desear; por ejemplo, no se indica el lugar exacto de la ubicación de la estela, ŭnicamente se alude a una propiedad del remitente en las cercanías de Valdetorres, ni se indica nada relativo a la sección del grabado, tan sólo al tipo de roca soporte, que era de material granitico y las medidas de la piedra, que tenía una longitud de 100 cm., por 70 cm. de ancho y 12 cm. de grosor. Sus lados y caras se encontraban al parecer regularizados, a excepción del extremo inferior izquierdo que se encontraba roto.
ELEMENTOS
De izquierda a derecha, los elementos que figuran en la representación, son un carro y un escudo.
Carro
De entre las estelas conocidas, el carro que aquí figura es uno de los de diseño más simplista, con la clásica yuxtaposición de elementos y perspectivas. En primer lugar, sobresale la caja, con frente ĉurvo, sin resalte del fondo,con asideros bien definidos y dos salientes a modo de cuernos unidos.al escalón. El eje engarza las ruedas en las que no aparecen radios; este eje es atravesado por el timón o lanza al que van uncidos por medio de un yugo los animales representados muy esquemáticamente.
Mide 32 cm. de longitud en timón; 17,5 cm. de ancho en eje y 15 cm. de ancho en yugo.
Escudo
El escudo está formado por tres anillos concéntricos, de los cuales, sólo los extremos figuran bien simplificados, el interno, al cual corresponde el umbo, aparece muy disminuido, aunque se aprecia con claridad sobre él, la abrazadera, a la que le falta una de las tildes. El borde de este escudo, pues, es continuo, sin escotaduras. Mide la circunferencia mayor 27,5cm. de diámetro, la del medio 14,5 cm. y la inferior 3 cm.
VALORACION
Se observan en la estela dos figuras, carro y escudo en disposición simétrica. De las dos, el carro, nos parece el elemento más valioso, pues denota la plena absorción de elementos orientales (Gomes-Monteiro, 1977: 96), y caracteriza por sí mismo a un importante número de estelas, sobre todo, a las del valle medio del Guadiana, donde se encuentra representado con mayor profusión, más del 50%, (Celestino, 1985). Es a la vez un elemento que aparece inexorablemente unido al escudo, es decir, pueden faltar otros elementos, y estar este presente, sin embargo,siempre se produce una asociación carro-escudo,como elementos sublimadores de carácter emblemá-tico.
Del análisis de sus piezas, la más singular y extraña, la constituye esa especie de cuernos unidos al escalón, para los cuales no conocemos paralelos que permitan un contraste interpretativo. Las ruedas, en contra de la opinión sostenida por algunos autores que reconocen la ausencia de radios cómo un símbolo de macicez, consideramos al igual que (Celestino, 1985), imposible de determinar, ya que muchos grabadores pueden no haber creido importante realzarlas, como ocurre en este caso con el fondo de la caja. En cuanto al escudo, la representación del mismo sin escotadura traduce un grado de evolución y modernidad en la que parecen coincidir casi todos los autores (Femández-Olmos, 1986: 103).
La evidencia viene avalada por dos cuestiones fundamentalmente, la primera es aducida por la carencia de elementos de tipo antiguo, como fibulas de codo,.etc. en las estelas con escudo de borde continuo y la segunda por la asociación de estos escudos con cascos de cuernos, más modernos que los usados anteriormente que tenían cimera, véase Fuente de cantos, El Viso I, Esparragosa de La-res,.etc.
Si se aceptan estas consideraciones, la traducción cronológica para estos elementos de tipo avanzado se situarían entre el s.VIII a.C. y mediados del VII a.C., de acuerdo con las nuevas dataciones que Almagro Gorbea ha realizado sobre los materiares del depósito de la ría de Huelva.
Tipológicamente resulta difícil de encuadrar, sobre todo en la tabla indicada por Almagro Gorbea, pues faltan elementos con qué conjugarlos, ŭnicamente el escudo como división tipológica aparte entraría dentro del subtipo -4.D- con paralelos inmediatos en el mismo lugar de localización, dónde ya apareció otra estela, semejante a su vez a las de Carmona, Orellana la Vieja, Cabeza del Buey III y Olivenza, aunque esta ŭltima presenta remaches interanulares.
Globalmente, la referida ausencia de elementos la convierten de momento en un tipo aparte.
Las consideraciones que hacemos aqui acerca de los motivos representados se hallan bajo el supuesto de que el descubridor los remitiera fielmente, es decir nos hemos limitado a la estricta interpretación del dibujo que figura en la carta.
En un intento por encontrar la estela, nos pusimos en contacto con los herederos de D.VictorinoCortés, sin embargo, estos nada recordaban que pudiera ayudarnos en la localización de la misma.
Autores:
ANTONIO GONZÁLEZ CORDERO
MANUEL DE ALVARADO GONZALO
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