POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Me dice Félix Blanco, mientras construye un cierre de piedra en una finca de Coviella, que tiene prisa por tardar. ¿Qué significa esa paradoja? A lo mejor, recién jubilado, quiere darse prisa para detener el tiempo, perseguir el efecto de esa cámara lenta del cine, en verdad cámara acelerada, que recoge tantos pormenores de la acción que al reproducirlos retarda la realidad. Félix asienta las piedras apresurándose despacio, “festina lente”, decía Suetonio; algo así ocurre cuando uno cuenta las memorias de su infancia y necesita más páginas que infancia, y con relatos de Borges y de Bierce, que narran la vida del reo a muerte mientras a uno le llega la bala del pelotón de fusilamiento, y a otro la soga a la nuez; también se demoró Saramago contando la caída de una silla. Nuestras prioridades se han pervertido y ahora interesa más la meta que el camino; pero la vida es el camino.
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