POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
En los años 80, un empleado del Totalbank, en Coral Gable, Miami, banco participado por el Herrero, me contaba que la respuesta contra ETA se llamaba “attrition”; es decir, a una bofetada se responde con un puñetazo, una ráfaga de ametralladora, un lanzallamas y de postre la bomba H. Más moderado ante el problema secesionista, nuestro gobierno opta por la proporcionalidad; una proporcionalidad equidistante entre colgar del gañote a los sediciosos y poner la otra mejilla, la media ponderada entre el napalm y Gandhi, una especie de agárrame que lo mato. Escribo estas líneas antes de saber si esos malditos que piden diálogo para independizarse declaran la independencia; supongo que sí, y nuestra justicia actuará con proporcionalidad. En todo caso, a mí me llevan los demonios; ¿será desproporcionado maldecirlos? ¡Malas ínsulas los ahoguen en su sangre, los coman los sapos y setenta mil satanases los lleven!
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