POR FRANCISCO JAVIER GARCÍA CARRERO, CRONISTA OFICIAL DE ARROYO DE LA LUZ (CÁCERES)
Hoy quiero «regalaros» una de esas joyas que poseo desde hace algún tiempo.
Otra más. Nos situamos a finales del siglo XIX, 1888, y el cementerio-castillo se está quedando pequeño y obsoleto para una población como la arroyana que no paraba de crecer.
Por ello se edificó el que será el cementerio definitivo de la villa. Se levantaría un cementerio católico con capilla central y además un pequeño cementerio civil. Este último muy utilizado en los primeros años de manera voluntaria y que posteriormente, años de la dictadura, será conocido como «El Huerto».
El conjunto poseía dependencias para el sepulturero, depósito de cadáveres e incluso sala de autopsia. Seguro que a mi amigo Eduardo Santano Moreno le encantan los planos. Creo que estamos ante otra «joya» Daniel Álvarez Salceda. Que lo disfrutéis y lo guardéis como «oro en paño».