POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Tras el confinamiento. Tras el largo oficio de Tinieblas, porque un virus nos hurtó de un hachazo la vida, ha podido ser. He podio nuevamente encontrarme con Ella. Quién nos iba a decir que tras las campanadas del 31 de diciembre, que la cadena televisiva Telecinco (Mediaset-España) llevó desde Guadalupe a miles de hogares españoles, llegara un tsunami de noticias devastadoras. Ayer, gracias a la amabilidad y estimable ayuda de Antonio Ramiro Chico, amigo y compañero Cronista de Guadalupe, he podido estar en la Biblioteca Mayor y el Archivo Histórico del Monasterio. Ambos lugares contienen la materia prima necesaria para el trabajo y la investigación. Porque son el epicentro de la cultura guadalupense.
Porque Guadalupe es peregrinación, encuentro, historia, arte, cultura, arquitectura, paisaje, memoria, grandeza, fervor, devoción, corazón de las Villuercas y de Extremadura… Reyes, reinas, santos, escritores, historiadores, cronistas, viajeros, conquistadores e ilustres personajes han pasado y siguen pasando ante esta virgen morena que lleva en sí el título más universal de la Madre de Dios: “Regina Hispaniarum”.