A LA PRESENTACIÓN EN MADRID ASISTIERON TAMBIÉN EL CRONISTA OFICIAL DE CUENCA, MIGUEL ROMERO, QUE ACTUÓ COMO CONDUCTOR DEL ACTO
La Sala Nueva del Círculo de Bellas Artes de Madrid no es muy grande. Si a esto unimos que la expectación sí lo era, comprenderemos que estuviera abarrotada por los asistentes a la presentación de la Semana Santa de Cuenca. Era la primera vez que se anunciaba en Madrid y sorprendió hasta a los propios organizadores del acto.
Las principales novedades de este año son una colección de 18 apuntes y bocetos inéditos de Fernando Zóbel (1924-1984) sobre las procesiones de la Semana Santa de Cuenca reproducidos en formato de tarjeta postal, y un DVD con imágenes digitalizadas de una película de Rafael Pérez Madero realizada en 1975.
Esto, junto con el programa oficial, que incluye poemas de José Bodoque y fotografías de David Sáez, y la revista Cuenca Nazarena, componen el “pack” destinado a“nazarenos y visitantes”, ya a la venta.
Con todo, el mayor interés del acto giró en torno al cartel de la Semana Santa de este año, basado en un cuadro de Zóbel, que ha levantado una polémica en la Ciudad Única.
El director del Museo de Arte Abstracto Español (situado en las famosísimas Casas Colgadas de Cuenca), Manuel Fontán, explicó que el cartel ha sido diseñado por Guillermo Nagore (director de Identidad, Comunicación y Experiencia de la Fundación Juan March) a partir de un cuadro pequeño (80×40) de Fernando Zóbel titulado “Transparente rosa” (1964).
Reconoció que es algo inédito “elaborar un cartel en nombre de alguien que no está entre nosotros”, tarea que había que realizarla “jugando con lo que él fue: la abstracción”. Así que intentaron adivinar qué habría hecho Zóbel, “que pintaba una sublimidad que muchas veces no entendemos”. “Transparente rosa”, dijo, se presta a diferentes intepretaciones sobre su significado, entre las que cabe citar “una metáfora de la túnica de Cristo”.
La polémica surgió hace semanas en diversos estamentos de Cuenca que no ven que el cartel en cuestión refleje los sentimientos religiosos de la Semana Santa. El sacerdote, moralista y ensayista Roberto Esteban Duque, por ejemplo, ha dicho que “es la expresión de una forma bastarda de secularismo que revela peligrosa la presencia cristiana. Esto es el liberalismo, la creación de un mundo meramente humano, un mundo que después de domesticar y más tarde rechazar el mundo cristiano, lo desintegra y sustituye”.
En el Círculo de Bellas Artes el viceconsejero de Cultura, Jesús Carrascosa, abundó en el tema y dijo que son “una tontería” las críticas que ha recibido este cartel porque algunos lo han considerado como “un signo de los tiempos agnósticos” en que vivimos. Criticas que, a su juicio, Cuenca ha recibido “con indiferencia” porque ha sido una “feliz idea” utilizar la obra de Zóbel “para ligar los tres aniversarios” que se celebran en 2016: 50 años del Museo de Arte Abstracto, 400 años de la procesión de Las Turbas, y 20 de la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.
Del 10 de febrero, Miércoles de Ceniza, al 27 de marzo, Domingo de Resurrección, se multiplicarán en Cuenca los actos de la Semana Santa, que cuenta con 25.000 nazarenos, 32 hermandades, 42 imágenes, 9 procesiones, 8 templos, 20 calles por las que pasarán las comitivas y 20 horas ininterrumpidas de procesión. Entre todas destaca la de Las Turbas, nombre popular de la procesión del Camino del Calvario, que se celebra todas las madrugadas de los Viernes Santos desde 1616.
A la presentación en Madrid asistieron también el cronista oficial de Cuenca, Miguel Romero, que actuó como conductor del acto; el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea; y su vicepresidente, Antonio Abarca; el alcalde de la ciudad, Ángel Mariscal; y una larga lista de personalidades. Vamos, que no cabía ni un alfiler.
Tras el acto, en una de las terrazas del Círculo los asistentes degustaron productos típicos conquenses de estos días, como el resolí (licor a base de aguardiente, café y canela), el alajú (dulce de miel, almendras y miga de pan) y las rosquillas fritas. Solo faltaron las torrijas.
Fuente: http://abcblogs.abc.es/ – F. Pastrano