POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Cada región, cada provincia, cada pueblo…tenemos una serie de cualidades propias («identidad», lo llaman algunos) que nos caracterizan o distinguen de forma muy unívoca. Una de ellas es el «modo de habla» (las palabras) y otra el «modo de hablar » (las expresiones).
Ayer mi antiguo alumno y siempre gran amigo, el Prof. DAVID RIVAS, comentaba cómo a una de sus hijas, cuando pequeña, le decía: «Fíjate, un castellano preguntará así a un amigo: ¿Lo oyes?; en cambio un asturiano dirá ¿Siénteslo, ho? Observa la diferencia entre «oír» y “sentir».
En Colunga, por ejemplo, si deseamos que una persona no se preocupe por algo que le hicimos o le comentamos nunca le diremos «no te inquietes, no te entristezcas…”; sencillamente la animaremos con estas frases: «¡Non te esmoles, ho!» o también «¡Non te dolga, ho!»
Y si hay que negar algo que se comenta o te afirman, nunca decimos ¡NO! sino que exclamamos «¡SÍ, po los cojones! ¡No te jode!».
Para AFIRMAR contundentemente lo que se cuenta basta exclamar: «¡Esto ye así, me cago´n mi madre!».
Y no sigo.
Por eso los castellanoparlantes cuando quieren «bablizar» su vocabulario para «traducirlo al asturiano» escriben cosas como estas: «El Principado posee en su FABE un auténtico tesoro gastronómico. Nadie pone en duda la alta calidad de las fabes asturianas, pero la cruda realidad contradice, muchas veces, esta afirmación…Y, sin embargo, la FABE existe, Es difícil de encontrar, PERO EXISTE, Por eso hay que buscarla donde está, y EN LUANCO, EN EL MES DE MAYO, SE ENCUENTRA CADA AÑO»…
Bueno, esto es en mayo. Porque si ahora se tratara de diciembre debiéramos desplazarnos a TINEO para degustar en sus «jornadas de caza mayor un excelente filete de rebeco con mermelada hecha a partir de las AZULADAS GÁBULAS DEL ENEBRO».
¡Tinetenses, favor… me lo expliquen!, que decía el Macario.
(Estos textos no son invención mía. Los he seleccionado, junto con las fotos de arroz con leche y carbayones, que reproduzco, de un libro titulado COCINA TRADICIONAL ASTURIANA, editado hace pocos años. Lo poseo)
Volviendo a nuestro «modo de hablar». Los asturianos empleamos frecuentemente el DIMINUTIVO (-in; -ina), no sólo para indicar el pequeño tamaño de una cosa, animal, persona… sino también -y muy frecuentemente- para indicar el CARIÑO que le merece eso de lo que se habla. Si invitamos a un amigo «a tomar les once» le ofrecemos «un VASÍN de vino o un CULÍN de sidra con unos PINCHINOS; y si es a comer le «seducimos» con una FABADINA, un ARROCÍN CON PITU, unos HUEVINOS FRITOS CON JAMONÍN… y, si estamos en época, a un PULPÍN CON PATATINES o a unes PATATINES CON PULPÍN, que en ningún caso quiere decir que el pulpo sea pequeño (está prohibida su captura) ni que las patatas estén cortadas en «brunoise» (léase brunuás y entiéndanlo como «en daditos pequeños»), sino «ESCACHADINES EN PEACINOS».
¿Me entienden? ¡Pues eso!
Y ahora vayamos con MI RECETINA DE PULPIN CON PATATINES.
Después de limpio, cuezo el PULPÍN (mínimo, 1 kg), entero, en agua SIN SAL según costumbre. Lo troceo en CACHINOS y lo complemento, en una cazuela, con un sofrito de cebolla, ajo, pimiento rojo (todo PICADÍN en menudo), un POQUIÑIN de perejil y un VASÍN de vino blanco. Aparte, troceo unes PATATINES en CACHINOS medianos y las frío lentamente en aceite. A media fritura las agrego a la cazuela del PULPÍN, sazono con un POQUIÑÍN DE SAL y, si es preciso, añado agua de cocer el PULPÍN, y dejo que prosiga la cocción hasta que LES PATATINES estén bien COCIDINES pero ENTERINES, no deshechas.
¿Quedó claro el discurso, AMIGUINOS?