Cantaba La Lupe, artista cubana que conoció por igual éxitos que miserias, que «la vida es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro» una definición que tiene mucho que ver con el existencialismo teatrero de los pueblos y sus gentes. El teatro como forma de entender la vida, a través de la representación escénica ha estado presente en las sociedades desde la antigüedad, siendo una de las actividades culturales con mayor recorrido histórico. Cuando leer y escribir estaban sólo al alcance de minorías o cuando aún no había aparecido el papel ni los libros ni la imprenta, el teatro desempeñó una función didáctica que permitía acercar el conocimiento al pueblo llano. Todas las ciudades tienen su propia crónica teatral ligada a espacios, obras o actores y actrices de cada momento. En Cáceres esa crónica la tenemos documentada desde el siglo XVI, cuando aparecen los primeros antecedentes teatrales que permiten identificar autores, actores, lugares y costos de las representaciones que se hacen en la villa. Desde ese momento se puede hacer un seguimiento cronológico, hasta el tiempo presente, que nos permite descubrir la importancia que la actividad teatral ha tenido en el desarrollo cultural de nuestra ciudad.
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