POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE GUADALAJARA
El castillo de la imagen permaneció durante siglos como torre de vigía por encontrarse estratégicamente situado en un estrecho valle, paso entre la Alcarria y la Meseta. El primer propietario del que se tiene noticias fue Alonso Fernández Coronel (siglo XIV) que le confirió una triple funcionalidad, la defensiva, la residencial y símbolo de su poder señorial.
El cronista provincial y colaborador de Nueva Alcarria, Antonio Herrera Casado, asegura en su escrito Siete siglos sin templarios que en Guadalajara aún se pueden ver algunas –pocas- huellas de la también conocida como Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón.
Setecientos años después de su disolución “en la ciudad de Guadalajara tuvieron “convento” (era la forma en que denominaban a sus lugares de reunión y vida comunitaria, mitad castillos mitad monasterios) y estuvo donde hoy el convento de San Francisco”.
La reina Berenguelase lo entregó y allí vivieron hasta su disolución. “Lo mismo ocurrió en Torija-su fortaleza es la de la imagen- donde hubo convento, vigilante del camino eterno de Aragón, dedicado a San Benito, y que nada tuvo que ver con el futuro castillo, que es obra más moderna”.
Según se asegura en la web cultura.castillalamancha el primer propietario del castillo del que se tiene noticias fue Alonso Fernández Coronel (siglo XIV) que le confirió una triple funcionalidad, la defensiva, la residencial y símbolo de su poder señorial. Tras sucesivas guerras medievales, es conquistado por tropas navarras en el siglo XV, siendo finalmente reconquistado por el Marqués de Santillana, quedando finalmente en posesión de la familia de los Suárez de Figueroa y Mendoza, condes de Coruña y vizcondes de Torija. Durante la Guerra de la Independencia fue volado por el guerrillero El Empecinado, permaneciendo muchos años en ruinas.
El castillo es de planta cuadrada, con tres torreones esquineros de planta circular y una torre del homenaje concebida como elemento aislado y destacado y por tanto de mayores dimensiones; esta torre es de base cuadrada y gran desarrollo en altura, rematada a base de canecillos volados, situada en el sudeste a modo de apéndice de la fortaleza.
En 1962 el castillo fue restaurado por la Diputación Provincial de Guadalajara y actualmente está instalado, en lo que fue su patio de armas, el Centro de Interpretación Turística (CITUG), encargado de promocionar y difundir el turismo de la provincia.