MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Ayer llegó a Montijo, a la Sala Centinela del Teatro Nuevo Calderón, con una amplia colección de instrumentos musicales del folklore extremeño. Algunos, cuando los vemos, resulta tan inimaginables que de ellos pueda sacarle notas musicales Aquilino Vicente Vicente.
Aquilino es maestro de profesión. Una profesión grande. Enseñar y formar al que no sabe. Años y años rodeado de alumnos ¿Cuántos? Tantos que ni él mismo lo sabe. Nació cerca de la raya de Portugal, en Santiago de Carbajo, hoy Santiago de Alcántara, cerca de Cedillo, Herrera de Alcántara, Salorino y Membrío. Un día el destino lo llevó a Fuente del Maestre, al corazón urbano que luce y fija el encalado blanco de sus casas. A las viñas y olivos de Tierra de Barros, donde con su compañera de la vida: Dolores Rojas Ramos, Loli, hicieron familia. Sí, familia, el mejor santuario de la vida, la escuela de las mejores virtudes humanas y cristianas, de la que tanto saben Aquilino y Loli, el lugar sagrado donde aprendemos la difícil asignatura de la vida: amar y ser amados.
No hay movimiento cultural, deportivo, asociativo, solidario, religioso en el que Aquilino no esté presente, lo viene haciendo desde hace más de cincuenta años. Muchos jóvenes montijanos han coincido con él en el Camino de Santiago, ayudando así a su parroquia de la Fuente desde la intendencia para los jóvenes peregrinos.
Con vocación, generosidad, ilusión y pasión, Aquilino luchó para que Fuente del Maestre tuviese un Instituto de Enseñanza. Apasionado de la Semana de Extremadura en la Escuela y ahí sigue, en ello está con la constancia que la caracteriza difundiendo las señas de identidad de nuestra región. Andariego incansable, constante y tenaz en sus proyectos, llevando su amplia colección de instrumentos tradicionales que muestra con orgullo allí donde se lo solicitan. Por esto último ha venido a Montijo, a enseñar estas piezas que tanto quiere. Un museo itinerante, su museo con el que disfruta en sus charlas que imparte a los alumnos de los centros escolares, los que quieren nuestra cultura, los folkloristas y a las personas que se acercan a escuchar sus enseñanzas.
Aquilino es contador que cuenta la esencia, el miajón de nuestras cosas, de los asuntos extremeños. Lo hace de manera sencilla y amena. Los más pequeños quedan entusiasmados, le siguen, le aplauden, y los mayores admiran lo que cuenta, de cómo lo cuenta, de cómo lo hace, de su capacidad para enseñar.
Hace años lo conocí en Zafra, allí cruzamos amistad. Hacía dos años que no nos veíamos. Ayer volvimos a encontrarnos. Y recordamos aquellos años. Me dijo: no puedo quedarme más tiempo, tengo hoy y mañana donaciones de sangre en La Fuente, vente el jueves. Y apareció la espontaneidad en la hondura de San Juan de la Cruz: sólo, cuando el corazón se nos parta, nos examinarán de lo más importante: darse a los demás sin recibir nada a cambio, sólo del amor y nada más.
Grande, Aquilino. Feliz tiempo de estancia en Montijo. Enhorabuena y disfruta como sabes hacerlo, amigo.