POR PEPE MONTESERÍN CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Con el fallecimiento de Doris Day volvió a mi memoria la melodía de la película de Hitchcock, “El hombre que sabía demasiado”, y la imagen de la actriz ante el piano, mirando al cielo, con la boca muy abierta al cantar en castellano el estribillo: “Qué será, será, whatever will be, will be, the future’s not ours, to see, qué será, será, what will be, will be”. O sea: “Qué será, será, lo que sea será; el futuro no es nuestro, por lo visto, lo que sea será”. ¿Puede haber mejor himno ante las elecciones del domingo? Al final del capítulo IX de la novela “Silas Marner”, mi escritora preferida, George Eliot, irónica narradora, critica a uno de sus personajes, Godfrey Cass, pusilánime hijo de un terrateniente, que no cree en otro futuro que el Azar Favorable, lo que sea será, y se olvida de la “ordenada secuencia con la cual la semilla produce una cosecha que es de su misma especie”; yo creo en esto último, de ahí mi pesimismo.

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