POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA)
Metidos en plena semana fallera en Alzira, declarada “II potencia mundial en fallas”, nos introducimos hoy en el mundo de la fiesta para escribir para los compañeros cronistas de toda España, ¿que son las fallas?. Hace muchos años, un buen amigo, que procedía de lejanas tierras, que por vez primera visitaba Alzira para disfrutar de unos días primaverales y gozar de las fiestas, que en honor de San José llevan a cabo anualmente los valencianos, me preguntaba: ¿que son las fallas? Y, ¿por qué se dicen de “San José”?. Ya las verás -le aclaré-, pero mi amigo no estuvo satisfecho y volvió a preguntar. Xe, ¿quieres decirme que son las fallas de San José?. Nunca las he visto; este año es la primera vez que me encuentro en esta tierra y quiero pasármelo en vuestra compañía y saberlo con claridad, que es la fiesta. Esto lo tienes que ver -le contesté- no se puede contar. Cuando las veas y las examines, los monumentos, claro, te das cuenta que son -bueno, eran- de cartón -ahora de politileno- y de madera, vivificadas con diversidad de pinturas y figuras como monumentos expuestos al público en el pavimento de las calles o plazas de la población donde se representan buenos recuerdos y a veces malos. Esto es una cosa nunca vista; son verdaderos monumentos. ¡Qué maravilla! ¿Es posible -pregunta al visitante- que esta riqueza artística sea recogida y quemada en la noche de la “cremá” el día de la fiesta? Si, querido amigo, -le repetí-, nosotros los valencianos somos así. El amigo, pensativo, quedó sin palabra preguntando: esto no es para creerlo. Aunque de oídas, de las fallas sabía algo, no suponía que en este paraíso de luz y de sol había tanto valor artístico, tanto de trabajo, fiesta, sonido y música con la pólvora por el medio los valencianos hacen tanta fiesta como la que estamos considerando. Las fallas son el resultado de una larga experiencia; las primeras se plantaron posiblemente en el siglo XVIII: son el resultado de la afición al fuego y al trueno de los cohetes que el pueblo valencianos lleva en la médula. La fama y la perfección de las fallas arranca de las “fogueras” que desde tiempos desconocidos vienen produciéndose en esta tierra. Es a modo de anuncio de la venida del tiempo propio para el descanso en las vacaciones estivales a sus maravillosas playas del Mare Nostrum.
Decía el historiador valencia Francisco Almela y Vives que, entre las fiestas valencianas, merece ser destacada por varios motivos, la de las fallas de San José. La palabra “Falla” se encuentra desde la Edad Media con diversos significados. En la actualidad se emplea más generosamente para referirse a la hoguera a modo de monumento artístico-satírico que se coloca en las vías públicas de Valencia y en muchas poblaciones de su provincia, unos días antes de la fiesta a San José, y a la que se prende fuego en la noche del 19 al 20 de marzo.
Dicho vocablo “Falla2, ha sido admitido hace mucho tiempo en el Diccionario de la Real Academia Española, y por lo tanto no debe escribirse entre comillas ni subrayado. Está aceptado por lo común, que el origen de las fallas se encuentra en cierta costumbre de los carpinteros que, al llegar la primavera, antes de fecha oficial de ésta, quemaban en la vía pública los artefactos ya inservibles que habían utilizado en las veladas de invierno.
Son las fiestas más importantes del año en la Comunidad Valenciana, que honrando al bendito patriarca San José se lleva a cabo se celebra en estas tierras mediterráneas con carácter cívico-religioso en la mayoría de sus pueblos.