JOSÉ MARÍA MAESTRE, CATEDRÁTICO DE FILOLOGÍA LATINA EN LA UNIVERSIDAD DE CÁDIZ Y CRONISTA OFICIAL DE LA VICTORIA (CÁDIZ)
Un cordobés es una de las dos cabezas visibles en España que está trabajando para conseguir que las lenguas clásicas (latín y griego) sean reconocidas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Este cordobés es José María Maestre Maestre y nació en La Victoria en 1956. Maestre se convirtió con solo 22 años en el catedrático de instituto más joven que ha habido en España de todas las disciplinas. Estudió Filología Clásica y se doctoró en esta misma materia en la Universidad de Sevilla. Su tesis doctoral obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude. Fue reconocida con el Premio Extraordinario de la Universidad de Sevilla y con el Premio Nacional de Doctorado de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. En 1984 se incorporó a la Universidad de Cádiz, a la que sigue vinculado. En 1986 aprobó con el número uno la oposición para el puesto de profesor titular de Filología Latina y en 1991 tomó posesión a los 35 años de la Cátedra de Filología Latina, convirtiéndose así en el profesor más joven también que ganó está catedra de universidad de su disciplina, desde la entrada de la Ley de Reforma Universitaria en 1983 a la actualidad. Ha dirigido 39 tesis doctorales y 17 tesis de licenciatura. Especialista en latín renacentista, es autor de casi un centenar de publicaciones sobre la producción latina de los humanistas del Siglo de Oro de España. Además, este año ha sido elegido presidente nacional de la Sociedad de Estudios Latinos y es cronista oficial de La Victoria.
-En su currículo destaca que sus estudios de Bachillerato y universitarios los hizo como becario.
-¿Cuáles fueron sus primeros contactos con el latín?
-El latín comencé a estudiarlo desde muy pequeño en mi pueblo gracias a Pedro del Pino, que estuvo en La Victoria de sacerdote. Después, en el Bachillerato, tuve la suerte de tener de profesor a Rogelio Fortea, que fue director durante muchos años del instituto Séneca y del colegio de la Asunción. Estas dos personas fueron importantísimas en mi vida y en mi afición por el latín. Por otro lado, en el caso del aprendizaje del griego, me ayudó mucho la profesora Nemesia Nevado. Cuando llegué a la facultad a Sevilla entré en contacto con mi maestro, Juan Gil, que es miembro de la Real Academia Española (RAE) y uno de los expertos más importantes en Filología Latina.
-¿Cómo logró ser el catedrático más joven de instituto de España con solo 22 años?
-Estaba en quinto de carrera. Salieron plazas para las oposiciones de agregado y de catedrático de instituto y simultaneé las dos oposiciones. Acabé la carrera a finales de junio de 1978. Me empecé a examinar para la cátedra y 20 días después la había conseguido, así que ya me retiré de la oposición para agregado. Me fui de catedrático de instituto primero a Santa Cruz de Tenerife. De allí a La Rambla, hasta que recalé en Mairena del Alcor (Sevilla). Tras la tesis ya me vinculé a la Universidad de Cádiz, primero como profesor titular y luego como catedrático.
-¿Trabaja muchas horas?
-Sí, pero tengo la suerte de que mi trabajo es también mi afición. Me levanto muy temprano y me acuesto tarde. Para mí es una felicidad. Porque aunque estoy todo el día trabajando, también estoy disfrutando. En la Universidad de Cádiz tuve la suerte de poder montar un equipo de investigación, que es uno de los mejores que existe a nivel nacional. De hecho, en el seno de ese grupo, se han defendido 39 tesis doctorales, más otras dos inminentes. De esas 39 tesis doctorales, 15 han obtenido el Premio Nacional de Doctorado.
-¿Por qué se tuvo que marchar a Cádiz?
-Cuando decidí opositar surgió la posibilidad de montar en la Universidad de Cádiz este grupo de investigación sobre el latín del Renacimiento y se implantó en la UCA la especialidad de Filología Latina, que en Córdoba no estaba. De todas formas, yo sigo muy unido a Córdoba, aunque viva en Cádiz.
-¿Estudiar Filología Clásica tiene salida laboral?
-Tiene un futuro magnífico, porque no es un grado que realicen muchos estudiantes y los que lo cursan saben que tiene su salida. Quienes se doctoren actualmente encontrarán un hueco seguramente en los institutos y en las universidades porque en un plazo corto se va a producir un relevo generacional y eso no lo ha previsto el ministerio.
-¿Por qué se merecen las lenguas clásicas ser declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco?
-Por muchos motivos. Emilio del Río Sanz (profesor titular de Filología Latina de la Universidad de La Rioja y diputado del PP en el Congreso de los Diputados) y yo, como presidente de la Sociedad de Estudios Latinos, queremos y estamos trabajando para que las lenguas clásicas sean declaradas por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Por eso, hemos propuesto que se solicite a través de una proposición no de ley (PNL), que se vote en el Congreso esta solicitud a la Unesco para que lo apruebe. Es importante este reconocimiento porque el griego, al margen del valor que atesora su literatura, representa todos los conceptos actuales de democracia, libertad y de pensamiento que nacieron en Grecia. Y nuestra sociedad está configurada de esa manera. En el mundo, en la actualidad, millones de personas en Europa y en gran parte de América hablamos un latín transformado. Es decir, el castellano parte del latín, al igual que el francés, portugués o italiano. Además, toda la cultura europea (incluida la griega) se ha transmitido en latín, desde la antigüedad hasta parte del siglo XX.
-¿Qué importancia tiene que se apruebe esa proposición no de ley en el Congreso?
-Es fundamental que se apruebe. La proposición no de ley tiene que activarse en España. No tenemos prisa pero queremos hacerlo bien. Hago un llamamiento a toda la sociedad, a los profesionales que se dedican a las lenguas clásicas y a los vinculados al mundo de la cultura para que apoyen esta proposición no de ley en la que solicitamos a la Unesco esta declaración, para que resalten la importancia del latín y el griego en el mundo actual.
-¿Existe el riesgo de que las generaciones actuales, que emplean el lenguaje economicista de las nuevas tecnologías, no conozcan el origen y la importancia de las lenguas clásicas?
-Como presidente de la Sociedad de Estudios Latinos hago un llamamiento a que se produzca una reforma importante dentro del mundo de la didáctica. El latín hay que enseñarlo no como una lengua muerta, sino como una lengua viva. Existen corrientes pedagógicas que hacen más atractivas las clases. Detrás de esa lengua había personas con idénticos problemas que nosotros.
-¿Las administraciones educativas muestran interés por el latín?
-Por supuesto. De hecho, estamos trabajando en la misma línea para hacer ver la importancia que tienen el latín y el griego. Hacer un llamamiento a través de las distintas sociedades de su importancia. Desde la Sociedad de Estudios Latinos hemos hecho la propuesta de que el griego tiene que impartirse en los institutos, aunque tenga pocos alumnos, y que el latín vuelva a ser obligatorio para todos los alumnos de la ESO. Que no terminen la ESO sin aprender esta lengua madre. En el Bachillerato que no sea solo obligatorio el latín para las humanidades, también para las sociales. Es inconcebible que quien vaya a estudiar Derecho no haya cursado latín en el Bachillerato.
-¿Córdoba qué lugar ocupa en la difusión de las lenguas clásicas?
-Córdoba tuvo en la época romana más importancia que Sevilla. El grado de romanización de la Bética es grande y Córdoba sigue dando sorpresas.
-¿El latín es más valorado fuera de la zona de influencia mediterránea o dentro de este ámbito?
-Europa está volviendo a destacar que las lenguas clásicas son imprescindibles. Hemos convocado un congreso en mayo del 2019 en Granada para hacer ver que a todo el planeta ha llegado la latinidad. En ese congreso todas las sociedades científicas de España y de otros países firmaremos a favor de que la Unesco haga esa declaración. En el congreso de Granada trataremos de poner en valor el latín a lo largo de todos los tiempos. Porque aunque yo trabajo en una parcela determinada, otros lo hacen en otra y ninguna es marginal.
José María Maestre es miembro de la Comisión Nacional de la Actividad Investigadora (CNAI) de la Agencia Nacional para la Evaluación de la Calidad y la Acreditación (Aneca). Además, en julio fue distinguido en Arpino (Italia) con el premio de la Gara Internazionale di Latino 2018 Arpino Città di Cicerone, uno de los reconocimientos más importantes del mundo en el ámbito de la excelencia en el latín.
-¿Cómo valora haber recibido este premio?
-Fue muy emocionante saber que era merecedor del premio. Lo que más valoro de ese galardón tan importante es el reconocimiento que supone al esfuerzo ímprobo de mis padres para que yo pudiera estudiar. Cada conquista que he ido teniendo ha sido un regalo que les he devuelto a mis padres por su esfuerzo.
-¿Por qué decidió en su día presentarse a las elecciones a rector en Cádiz?
-Opté a ser rector por la Universidad de Cádiz porque pensé que se podía mejorar la organización, reducir la burocratización y que había que frenar el mercantilismo que ha entrado en la universidad. La universidad se tiene que dedicar a investigar, aunque esto sea rentable o no. Las dos veces que aspiré a ser rector no salí elegido. Querían que lo intentara una tercera vez, pero no lo he hecho porque lo tienen que hacer personas más jóvenes. La experiencia fue positiva, sobre todo porque me hizo ver cómo era la universidad en numerosos aspectos. Y, afortunadamente, al no salir elegido rector, me he podido dedicar a lo que me gusta, la investigación, lo que incluye mi faceta como presidente de la Sociedad de Estudios Latinos.
-Entre sus múltiples facetas también está la de director del Instituto de Estudios Humanísticos, entidad ubicada en Alcañiz.
-En Aragón se ha puesto en marcha este Instituto de Estudios Humanísticos y es un honor dirigirlo. Desde Alcañiz estamos impulsando estudios del latín del Renacimiento, porque guardan tesoros de información. Es una labor conjunta con 37 universidades, que forman una red llamada Europa Renascens.
-Y cómo cronista de La Victoria, ¿qué investigación le tiene ahora mismo ocupado?
-Como cronista estoy preparando la documentación para una publicación sobre la historia de La Victoria y su entorno. Además, realizando estos trabajos he descubierto que la parroquia de San Pedro de Alcántara de mi localidad resulta que no fue construida como se creía en 1810, sino que se construyó desde 1817 y se inauguró el 2 de febrero de 1819, por lo que estamos ahora en el bicentenario del comienzo de la andadura y se van a preparar varios actos culturales. M.J. Raya