POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Creí que el escándalo del “Queso de mujer” se debía al intento de comercializar un queso en el concejo de Valdés con la etiqueta de una mujer desnuda, apoyada en el suelo sobre sus cuatro extremidades, lista para el ordeño; de ser así, estaría en contra, y más si pretendieran promover una quesería de leche humana como alternativa o complemento a la de cabra, vaca o búfalo; pero resulta que es ajeno al tema industrial y guarda relación con un certamen de dibujo artístico, donde el asunto toma carácter de denuncia, de protesta contra la explotación animal, especie de la que formamos parte. Insisto, me opondría con dos cojones ante un queso de leche humana para abastecer el mercado, pero un certamen de arte… ¿No brillan en la Royal Academy of Arts las mujeres-mueble de Allen Jones como la mejor de las denuncias? Lo escandaloso es que la propia izquierda se censure a sí misma.
Fuente: http://www.lne.es/