POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Acabo de salir del acto de presentación, hoy sábado en el gijonés PARADOR NACIONAL DE EL MOLINO VIEJO, del libro YO SOY DE QUINI, cuya autoría y coordinación es obra personal del periodista MONCHI ALVAREZ, editado por DELALLAMA EDITORIAL, bajo la gerencia y responsabilidad empresarial de ANA ROZA.
Si los locales e instalaciones del MOLINO VIEJO, allí al lado mismo de EL MOLINÓN, son ideales para este tipo de actos culturales, el de hoy puede considerarse como excepcional.
Excepcional por la calidad humana y testimonial del libro, que es semblanza a modo de flash fotográfico acerca de un personaje emblemático del fútbol asturiano y español.
Excepcional por la abundantísima ilustración fotográfica que acompaña a los textos, fotos en muchos casos muy desconocidas por el público, y que «dan fe» de esa gran simpatía y bondad que regalaba QUINI con todas las gentes.
Excepcional, también, por el público asistente. Autoridades deportivas como el Sr. Rubiales, tan vinculado al fútbol nacional; antiguos futbolistas amigos de QUINI, como Eloy Olaya; periodistas de muchos medios de radio, prensa y televisión…
Sí. Allí estaba yo, en primera fila, viviendo en silencio mis recuerdos de gratitud hacia la figura de ENRIQUE CASTRO, QUINI.
Recuerdos que avivó en intensidad la intervención de ELOY OLAYA, antiguo alumno mío en el COLEGIO DE LA INMACULADA (PP. JESUITAS) y que, una vez más, hace público su cariño hacia mi persona y, por sobre todo, a lo que acerté en orden a su formación académica y humana.
ELOY y YO somos ANTIGUOS ALUMNOS DISTINGUIDOS en ese Colegio y ese es otro lazo que también aviva nuestros recuerdos y amistad.
Aún me queda otra cosa para contar y que probablemente mucha gente desconoce.
Hace años, demasiados ya, la leonesa EDITORIAL EVEREST me encargó un libro sobre Cocina Asturiana como «primer número de una colección destina a la Cocina Regional española. Me pedían que esa obra fuera prologada por alguna personalidad muy querida en Asturias, pero alejada de toda vinculación política, militar…
No había duda alguna. ¡QUINI FUE MI PERSONAJE! El, desinteresadamente, prologó mi libro con elegancia llena de cariño y de añoranzas que iban entre lo asturiano y la monotonía de la dieta exigible a un deportista.
GRACIAS, MONCHI ALVAREZ, por este libro, que será una joya dentro de la bibliografía deportiva gijonesa y asturiana.