POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
En 1832, tras diversas vicisitudes, pasa a manos de la reina María Cristina de Borbón quién la amplió con la adquisición de propiedades aledañas como fábricas de jabón o la quinta del marqués de Negrón. La reina ordenó la creación de un jardín inspirado en la pintura paisajística, incluida la construcción de una ría navegable y la transformación de los edificios existentes junto a la edificación de otros de nueva planta, pasando a ser conocida desde entonces como Real Posesión de Vista Alegre.
La finca sería su lugar de residencia ya como regente, tras el fallecimiento de Fernando VII, y sería donada posteriormente a sus hijas, la reina Isabel y la infanta Luisa Fernanda en 1846. Años después la infanta Luisa Fernanda vende Vista Alegre al banquero José de Salamanca y Mayol, futuro marqués de Salamanca, quien retoma las obras y rediseña parte de los edificios y los jardines, convirtiéndola en escenario de frecuentes celebraciones y reuniones festivas de la alta sociedad madrileña.
Tras su muerte a finales del siglo XIX, los herederos del marqués la venderían al Estado español, momento a partir del cual sirvió de sede para varias instituciones de beneficencia.
Hoy se puede visitar libremente tras las obras de mejora y acondicionamiento llevadas a cabo por la #comunidaddemadrid, tras demasiados años cerrado y en progresivo estado de abandono. Fotografías Antonio Sanchez Molledo